Dengue: la primera vacuna tiene sus peligros
12 de febrero de 2018En 2016, Filipinas lanzó el primer programa público de vacunas contra el dengue con la vacuna Dengvaxia de Sanofi Pasteur. Más de 800.000 niños fueron inoculados. En diciembre del año pasado, el propio fabricante francés advirtió que, tras recibir el tratamiento, los niños que no habían sido afectados por el dengue podrían contraer una variante más grave de la enfermedad. Como resultado, el Ministerio de Salud filipino detuvo el programa de vacunación masiva. Actualmente, 3 de un total de 14 muertes se han relacionado con la polémica vacuna.
DW: Sr. Schmidt-Chanasit, ¿cuál es el peligro de la vacuna?
Schmidt-Chanasit: en sí misma, la vacuna no tiene efectos secundarios. Eso significa que después de la inyección, no pasa nada malo. Sin embargo, si vacunas a niños que aún no han tenido infecciones por dengue, puede provocarse un dengue hemorrágico grave. El fenómeno subyacente se llama "mejora dependiente de anticuerpos". Después de la vacunación, el sistema inmune desarrolla anticuerpos. En una infección con el virus del dengue, los anticuerpos reemplazan al virus y evitan que el sistema inmune se defienda, lo que hace que el virus se multiplique. Esto no solo ocurre en el caso de la vacunación, sino también en las infecciones naturales con un nuevo tipo de virus.
¿Significa esto que existen varios tipos de virus del dengue?
Hay cuatro tipos diferentes de virus del dengue. Es decir, que alguien puede infectarse con el virus cuatro veces y empeorar cada vez más. La vacuna no es totalmente efectiva contra los cuatro virus y esto crea un vacío en el programa de vacunación. La protección contra la reinfección por Dengvaxia es del 60 por ciento y en otros casos, solo del 30 por ciento. Los cuatro tipos se encuentran en todo el mundo, también en Filipinas. Pero su frecuencia varía de un año a otro, de mes a mes. Esta es una red muy compleja. Por supuesto, los humanos desarrollan inmunidad al tipo de virus actualmente circulante y luego hay otro espacio para otro tipo.
¿Por qué no no se verificó previamente si los más de 800 mil niños que fueron vacunados en Filipinas habían tenido antes la enfermedad?
Eso habría sido demasiado costoso para un programa de vacunación tan completo. Además, un diagnóstico específico de infecciones por dengue no es tan fácil. La OMS también dejó en claro que la vacuna solo debe usarse cuando al menos el 70 por ciento de las personas a vacunar ya han sido infectadas por el virus del dengue. Pero si reciben la vacuna niños que no se han enfermado de dengue, bajo ciertas circunstancias pueden enfermar gravemente. Además, la vacuna Dengvaxia debe aplicarse tres veces, y solo entonces se puede garantizar una protección real. Por supuesto, sería mucho mejor y más económico administrarla solo una vez.
¿Hay alguna forma de evitar estos problemas con la vacuna?
No se puede hacer mucho más por ahora. Pero la firma japonesa Takeda Pharmaceuticals o el Instituto Butantan en Brasil están trabajando en nuevas candidatas a convertirse en vacunas contra el dengue, y su experimentación se encuentra en fase 3. Aún no está claro si brindarán suficiente protección contra del virus del dengue, porque los resultados aún están pendientes.
El programa de vacunas en Filipinas fue el primero a gran escala en todo el mundo. ¿Cree que países como Brasil, por ejemplo, detendrán ahora sus programas?
El programa de vacunación en Filipinas también se realizó para estudiar los efectos de la vacuna a largo plazo. Solo se pueden ver los efectos si se vacuna una gran cantidad de personas. Cada país debe decidir dónde están los límites, si en tres casos mortales, o en 14 o en 20.
¿Se conocen casos similares en Brasil o en otros países?
No. Pero de todos modos debemos tener cuidado, porque las estructuras en los países y los sistemas de informes son muy diferentes y no son comparables con los sistemas alemanes. Eso es lo que se vio con el zika. Los sistemas de informacion en Brasil no son tan buenos como los nuestros. La investigación de esas muertes en sí mismas también lleva algo de tiempo. Hasta ahora, no sé nada de Brasil.
Autora: Helene Märzhäuser (CB/DZC)