Kristina Krömer, de Dresde, quiere mantener viva y fuerte la democracia alemana. Regularmente viaja con su equipo en tranvía y anima a la gente a participar en debates políticos. A veces son ignorados, pero otras consiguen crear debates respetuosos. En el campo de Brandeburgo, un "bar ambulante" quiere ofrecer un espacio para esas discusiones. Allí, como en muchas ciudades pequeñas, los bares tradicionales cerraron hace tiempo. Y en Múnich, la asociación "10drei" quiere enseñar a los jóvenes las reglas básicas de la democracia.
Las reporteras de DW Tessa Clara Walther y Bettina Stehkämper visitaron las tres iniciativas y comprobaron cómo los ciudadanos se involucran con éxito para fortalecer la democracia europea y alemana.