¿Dejó Europa de ser un riesgo para la economía mundial?
9 de octubre de 2013Antes del encuentro del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, en este otoño boreal, el desánimo reina en el ambiente. El organismo rebajó por sexta vez consecutiva su pronóstico de crecimiento para la economía mundial, que será de un 2,9 por ciento en 2013 y de un 3,6 por ciento en 2014, con la condición de que no se produzcan nuevos sismos coyunturales.
Pero eso es justamente lo que puede suceder si la deuda de EE. UU. llegase a tocar el límite que determina la ley y, con eso, el país cayera en incapacidad de pago.
Las consecuencias económicas de la momentánea paralización de los gastos de presupuesto en EE. UU. serán tolerables, dijo el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard el martes (8.10.2013) en Washington, durante la presentación del nuevo pronóstico económico mundial.
“Sin embargo, las consecuencias de las irregularidades en la devolución de la deuda se harían sentir, tanto en EE. UU. como en otras partes del mundo”, explica Blanchard. “La recuperación en EE. UU. podría transformarse en una recesión o en algo peor”.
El riesgo de la política financiera
Además de la disputa por el presupuesto, los expertos del FMI ven un segundo gran riesgo: la política financiera laxa de los bancos emisores. “Es tiempo de hacer planes para un cambio”, señaló Olivier Blanchard. “Pero todavía no llegó el momento de poner en práctica dichos planes”. Técnicamente hablando, dijo Blanchard, una salida de esa política no provocaría problemas.
Sin embargo, el hecho de comunicar que se la está abandonando es una nueva y delicada tarea para la que los mercados deberían prepararse muy bien”, remarcó el economista refiriéndose claramente al presidente de la Reserva Federal estadounidense, quien anunció en mayo de este año con no más de 33 palabras que la Fed pronto podría pensar en una modificación de su política financiera si la economía de EE. UU. siguiera en vías de recuperación.
“Cada palabra le costó 12.000 millones de dólares”, escribió el lunes un reportero del Washington Post, debido a que el FMI calcula el flujo de capitales proveniente de los países emergentes que siguió las palabras de Bernanke en 404,4 mil millones de dólares.
Europa ya no está en la mira
A ojos vistas, los europeos ya no están en el banquillo. En la primavera boreal de 2013, la eurozona todavía era considerada un riesgo para la economía global, y los países emergentes representaban una luz de esperanza.
Ahora, la situación se revirtió: los países emergentes, cuyo crecimiento disminuye, se convirtieron en un problema, mientras el FMI se deshace en elogios hacia Europa. Según Jörg Decressin, director interino del Departamento de Investigaciones de ese organismo, la eurozona ya dejó atrás la recesión y registrará un pequeño crecimiento en 2014.
Según él, se han hecho grandes progresos en la consolidación de los presupuestos estatales, y la distensión de las medidas de ahorro podría seguir dando impulso a la economía. Pero todavía queda un largo camino por recorrer, dice el experto, hasta que bajen las altas tasas de desempleo en Europa.
Por eso, el FMI sigue llamando a hacer reformas estructurales en Europa y, en especial, a favor de una unión bancaria. Y subraya que sobre todo los países del sur de Europa deberían hacer todo lo posible para recuperar su competitividad.