El modelo clásico de zoológico se remonta a las colecciones privadas de animales salvajes y exóticos. En la actualidad cada vez más países reconocen el sufrimiento inherente a la vida en cautiverio de los animales e impulsan la transformación de sus instalaciones en espacios orientados al rescate, rehabilitación y conservación de la vida salvaje, como por ejemplo en Medellín, Colombia.