De Gulag a Guantánamo...
27 de mayo de 2005
El periódico alemán Thüringer Allgemeine Zeitung, de Turingia, anota: "Newsweek tenía razón. Después de que la revista, sometida al fuego de la artillería pesada del gobierno, retirara el reporte sobre la profanación del Corán en la prisión militar estadounidense de Guantánamo, defensores de los derechos humanos y el 'Los Angeles Times' lanzan las mismas denuncias, tras haber visto actas del FBI. Algo anda mal en el Estado de George W. Bush. El gabinete acaba de calificar de 'ridículos' los atropellos de derechos humanos enumerados en el informe de Amnistía Internacional. Una cínica reacción al listado de personas encarceladas en Afganistán y en Cuba arbitrariamente y sin que se hayan presentado cargos en su contra. La sospecha de terrorismo no justifica nada a fin de cuentas. Y hay fotos de guardias torturadores que prueban el trato que se les da."
Respeto en lugar de arrogancia
El Braunschweiger Zeitung, también de Alemania, comenta: "El mundo occidental no debería sorprenderse ni indignarse si los manifestantes siguen incendiando banderas estadounidenses en Irak o Irán. El propio Estados Unidos lo provoca. Estados Unidos es indiscutiblemente la potencia más poderosa del mundo en el campo militar, pero hace mucho que ha dejado de serlo en lo político. Para volver a convertirse en la admirada nación de la libertad se necesita un cambio de rumbo: se requiere respeto y diplomacia en lugar de arrogancia."
Limitada visión de los derechos humanos
El Bassler Zeitung, de Basilea, opina: "La Secretaria General de Amnistía Internacional, Irene Kahn, Ha llamado al campo estadounidense de prisioneros de Guantánamo 'el Gulag de nuestra época'. Es una formulación contundente, pero se sobrepasa. (...) Si existe un equivalente actual, se encuentra más bien tras las alambradas de los campos de concentración nordcoreanos. De ahí el eco indignado de la Casa Blanca, que califica los reproches de ridículos y sin asidero: '¡Liberamos a 50 millones de personas en Afganistán e Irak! ¡Queremos liberar al mundo entero! Somos paladines del respeto a los derechos humanos!' Esto, ciertamente, no sólo es una formulación exagerada. Es desgraciadamente falso. Y revela una concepción muy limitada de los derechos humanos."
Consecuencias de Abu Ghraib y Guantánamo
Die Presse, de Viena, subraya: "Naturalmente eso les dueles a los estadounidenses, y mucho: comparar la prisión de Guantánamo con el Gulag, el tristemente célebre sistema de campos de prisioneros soviético, como lo hizo la secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Kahn, es en efecto audaz. La comparación es al mismo tiempo una exageración sin medida y una forma de restar gravedad a la gigantesca maquinaria de represión estalinista, con sus millones de víctimas. No obstante, Kahn tiene razón al plantear que Estados Unidos debería tener en el fondo un papel de modelo global. (...) Por estos días se ven claramente las consecuencias de Bagram, Abu Ghraib y Guantánamo en países 'amigos de Estados Unidos' como Uzbekistán, Egipto y Arabia Saudita."