De cómo el cambio climático amenaza los bosques del norte
Incendios, plagas, calentamiento global: el bosque boreal subártico desempeña un importante papel en el futuro de nuestro planeta. Pero está tan amenazado por el cambio climático como la selva amazónica.
Niebla matinal de cuento de hadas
La niebla se cierne sobre los bosques de la provincia canadiense de Quebec. Este anillo de bosques de coníferas boreales se extiende a través de Canadá, Escandinavia, Rusia y Alaska. Muy frío para la mayoría de los árboles de hoja caduca: el bosque boreal de coníferas es la zona forestal más septentrional del planeta. Pero aquí también están aumentando las temperaturas debido al cambio climático.
El salvador del clima frío
Los 1.200 millones de hectáreas del bosque boreal cubren el diez por ciento de la superficie de la Tierra, como aquí en Quebec, y almacenan cantidades gigantescas de las emisiones de carbono del mundo, más que todos los bosques tropicales de la Tierra juntos. Así, el bosque del norte contribuye de forma significativa a frenar el calentamiento global.
Hermoso resplandor
Las estrellas brillan sobre los bosques de Quebec. Pero la visión idílica es engañosa: los investigadores sospechan que los bosques boreales podrían llegar a un punto de inflexión este siglo, y pasar de ser un depósito de CO2 a una fuente importante del gas de efecto invernadero.
Cementerio de los árboles
Los bosques del norte son uno de los ecosistemas más afectados por el cambio climático: los incendios forestales son cada vez más violentos, las plagas y el deshielo del permafrost están haciendo mella en los árboles. Estos álamos en la comunidad quebequense de La Haute-Cote-Nord tuvieron que ser talados tras una plaga de insectos.
Plagas en aumento
El ecologista canadiense Louis de Grandpre señala un agujero en un abeto causado por el gusano de la yema. La plaga ya ha destruido cientos de miles de hectáreas de bosque, y es probable que sigan más: "Con el avance del calentamiento global, el gusano de la yema puede penetrar ahora en zonas a las que antes no podía llegar", dijo De Grandpre a la agencia de noticias AFP.
Rastro de devastación
Los insectos también están causando estragos en los bosques de Finlandia: los escarabajos de la madera han excavado un túnel en un árbol de Laponia. Los estudios demuestran que los bosques escandinavos están siendo cada vez más infestados desde hace 20 años.
Arándanos, la esperanza en el norte
Gracias al calentamiento global, las plagas tienen un juego fácil: los árboles ya están debilitados por la sequía y, por lo tanto, tienen dificultades para defenderse de los voraces insectos, pero también se benefician de veranos más largos e inviernos más cálidos. Pero hay esperanza: los arándanos de la foto crecen en una zona de Canadá que se ha regenerado tras una plaga de insectos.
Cadena alimentaria amenazada
No solo el bosque está amenazado, sino también sus habitantes: debido al cambio climático, estos renos encuentran cada vez menos alimento. Como llueve más a menudo que nieva y la lluvia se congela en el suelo, las plantas forrajeras se cubren con una capa de hielo difícil de penetrar. En Canadá, el número de renos está disminuyendo tanto, que son especie en peligro de extinción.
Tierra baldía para las arenas bituminosas
Los seres humanos están contribuyendo a la escasez de alimentos: la toma aérea muestra una granja en la provincia de Alberta donde se extraen arenas bituminosas, justo en el corazón de los bosques boreales de Canadá. Se han talado grandes extensiones de pinos para las enormes minas a cielo abierto.
La reducción del hábitat
Es un círculo vicioso: al descongelarse el suelo, las bacterias se comen la biomasa acumulada durante miles de años, produciendo emisiones de carbono y metano que, a su vez, contribuyen a acelerar el calentamiento global. Y así, el hábitat de este oso pardo, en medio de la hierba de algodón en flor en la taiga finlandesa, está cada vez más amenazado.
Límite verde
Poco verde, mucho gris: los troncos de los árboles muertos se erigen en la provincia canadiense de Alberta. El bosque de esta zona aún conserva las huellas de un enorme incendio ocurrido en mayo de 2016. 90.000 personas perdieron todas sus pertenencias. El incendio forestal fue el desastre natural más devastador de la historia de Canadá.
Espiral de destrucción
El investigador forestal David Paré examina una estación de medición cerca de Quebec. Los incendios forestales durante las olas de calor son cada vez más frecuentes en verano, y más frecuentes las tormentas eléctricas. Es una espiral de destrucción: los incendios forestales provocan emisiones masivas de gases de efecto invernadero, que a su vez el cambio climático.
Conocimientos ancestrales para solucionar nuevos problemas
Las comunidades indígenas han practicado durante mucho tiempo la quema cultural del suelo del bosque. La científica indígena Amy Cardinal Christianson explica que estos incendios forestales controlados pueden reducir el impacto de los incendios no intencionados: los incendios causados por rayos, por ejemplo, que arden principalmente en las copas de los árboles, pueden entonces propagarse menos.
Futuro incierto
Los científicos esperan que la reforestación, los avances tecnológicos, los métodos autóctonos y las zonas protegidas -como aquí, en una reserva innu cerca de Quebec- ayuden a salvar el bosque boreal. "No sabemos cuál será el futuro de estos bosques", dijo el investigador De Grandpre a la AFP.