Davos y la ética empresarial
21 de enero de 2004Desde este miércoles, 2.000 invitados, entre ellos presidentes, políticos y líderes empresariales de talla mundial, se reúnen es su cita anual en la exclusiva estación de esquí suiza de Davos.
Entre los líderes de empresaa alemanes se destacan Jürgen Hambrecht (BASF), Heinrich von Pierer (Siemens), y Bernd Pischetsrieder (Volkswagen).
Ausencias latinoamericanas
Mientras que en el 2003 el Presidente de Brasil, Luis Inacio "Lula" da Silva, fue la estrella del Foro, este año el protagonismo lo acaparan el Presidente iraní, Mohamed Jatamí, y el vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney. La participación de mandatarios latinoamericanos se limita al ecuatoriano Lucio Gutiérrez, luego de que la cancelación de sus homólogos de Argentina, Chile y Perú decepcionara a los organizadores de este evento.La falta seguridad no habrá sido motivo de la cancelación. Un dispositivo de seguridad sin precedentes (6.500 efectivos y dos aviones interceptores F/A-18, además de sofisticados detectores de metales y radares de vigilancia), se encarga de que reine la calma. Curiosamente, este año no se anunció ninguna manifestación "antiglobalización" en Davos.
La mancha de Parmalat
Aunque el lema oficial se centre en la seguridad, el escándalo financiero en torno a la lechera italiana Parmalat, coloca un tema que la agenda de estos días no puede eludir. Irónicamente, se trata de la meta propuesta en el Foro del 2003: "construir confianza". En Davos, los expertos recuerdan una vez más la importancia de la ética y responsabilidad social de la empresa.
"La empresa se mueve en un entorno donde ya no sólo responde a los trabajadores e inversores sino a la sociedad civil", explica en DW-WORLD el economista Manuel Escudero, del Instituto de Empresa, uno de los principales centros de formación ejecutiva en Europa.
¿Nueva utopía?
Hoy en día, hablar de ética empresarial no sería sólo un simple instrumento de marketing. Así por ejemplo, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas abarca la responsabilidad social de las empresas, permitiendo un diálogo "transparente que incluye también a la sociedad civil y organizaciones como Amnistía Internacional o Greenpeace", dice Manuel Escudero, quien asimismo preside el capítulo español del Pacto Mundial.
Hay mucho trabajo pendiente. Precisamente, según una reciente encuesta del Foro Económico Mundial, las empresas figuran entre las instituciones más desprestigiadas. "No se cuántos escándalos financieros ocurrirán en el futuro, lo que si está claro es que en cuanto a la legitimación futura, las empresas ya no se pueden permitir eso", advierte Escudero.
Los planteamientos de quienes están convencidos de poder lograr un equilibrio entre lucro y conciencia social, pueden sonar como una nueva utopía. Manuel Escudero está convencido de que "esta es la nueva realidad del siglo XXI".
En este sentido se produce una coincidencia, cuando menos, anecdótica. El primer día en Davos coincide con el inicio juicio por corrupción más sonado en la historia económica de Alemania. En el banquillo de los acusados en el caso "Mannesmann" toma lugar nada menos que Josef Ackermann el director del Deutsche Bank. Ackermann, aun figura en la lista de participantes destacados en el Foro Económico Mundial. Sin duda, la ética empresarial es un tema de candente actualidad.