Davos, en busca de empleos
25 de enero de 2018Hace tiempo que las industrias textil y electrónica se trasladaron a China, India y otros países con salarios más bajos. Ahora llega la digitalización y hace temblar un sector tras otro. No son pocos los puestos de trabajo amenazados en Estados Unidos, Europa y otros países industrializados.
Para gente como C. Vijayakumar, estos cambios suponen un buen negocio. Es presidente de la junta directiva de HCL, una multinacional que presta servicios tecnológicos con sede en Noida, India. Allí emplea a alrededor de 120.000 personas y la empresa tiene problemas para encontrar a más trabajadores formados. "En todas las compañía tecnológica hay escasez de especialistas”, dice Vijayakumar en el foro económico de Davos. "En este momento hay alrededor de un millón de empleos en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación para los que no se encuentra a los expertos necesarios”.
Miedo a la irrelevancia
Por otro lado, millones de estadounidenses y europeos son incapaces de encontrar un empleo adecuado. Una de las razones más comunes es que carecen de las habilidades que requiere un mundo global y digital.
"Antes, los trabajadores eran explotados”, dice Yuval Noah Hariri, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor del bestseller "Una breve historia de la Humanidad”.
"Hoy en día las personas temen algo peor. Tienen miedo de volverse completamente irrelevantes”, apunta Hariri. "Si soy explotado, al menos soy de alguna forma importa: me pueden matar a tiros, ¿pero quién hará entonces mi trabajo? Si soy completamente irrelevante, entonces el panorama es mucho más aterrador”.
La inseguridad alimenta el nacionalismo
Este miedo puede ayudar a aclarar, al menos en parte, el auge del nacionalismo y el proteccionismo, fenómeno que está teniendo lugar en EE.UU. y parte de Europa, explica Arley Russell Hochschild, socióloga de la Universidad de California en Berkeley. Ella ha estudiado la situación de los trabajadores del estado de Luisiana que apoyaron la candidatura de Donald Trump. "En realidad no lo apoyan incondicionalmente, pero están decepcionados. Desde su punto de vista, nadie más ha puesto sobre la mesa el empobrecimiento de sus condiciones sociales”.
La mayoría de los participantes del evento en Davos no cree que la pérdida de puestos de trabajo pueda solucionarse con aduanas y medidas proteccionistas. En lugar de esto, cada vez se habla más de la importancia de la ampliación de los estudios. "Realmente se trata de cómo orientar profesionalmente a las personas, de forma que sus capacidades cumplan con los requisitos”, apunta Vijayakumar.
Algunos estudios señalan que la digitalización podría poner en peligro hasta un tercio de los empleos actuales, desde camionero hasta cajero de supermercado, pero también trabajos de oficina, como asesor financiero o ayudante jurídico. Eso sí, estos estudios también hablan de la creación de nuevos empleos, para los que no obstante se requerirán habilidades completamente nuevas.
No dejar de aprender nunca
"La gran pregunta es si las personas podrán reinventarse para ocupar tales puestos de trabajo”, subraya el historiador Harari. "Y habrá que reinventarse cada diez años, porque la revolución digital no es cuestión de una única vez”. El escenario más probable parece ser una sucesión de cada vez mayores revoluciones y cambios.
Angela Merkel también coincide en este punto. Alemania tiene que ponerse al día con la digitalización de la economía. Muchas personas sienten que han sido dejadas atrás. "La digitalización significa que tendremos que seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida”, dijo en su discurso en Davos. "La disposición a comprometerse con esto, en un país envejecido como Alemania, no es muy marcada, por decirlo cuidadosamente”.
¿Quién paga la cuenta?
¿Pero, aun cuando los trabajadores estén dispuestos, quién paga por este modelo de reorientación y ampliación educativa continuos? "El Estado”, afirma Russell Hochschild. La experta de Berkeley mira a Francia: "El presidente Macron habla de la creación de un fondo para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Ese podría ser un modelo para mi país atrasado”.
La creación de centros formativos también podría establecer nuevas formas de cooperación, cree Mary Flanagan, profesora de humanidades digitales del Darmouth College de New Hampshire, EE.UU.
"Cuando hablamos de un aprendizaje a lo largo de toda la vida, nos despedimos de la idea de que la universidad es una etapa con un final. Eso también cambia la forma en que cooperan centros fromativos, instituciones y empresas”.
Las empresas también tendrían la responsabilidad de compartir los costes, opina C. Vijayakumar. "Muchas compañías invierten ya en la formación de sus empleados. Parto de la base de que el presupuesto para la formación continua seguirá aumentando en la mayoría de las empresas”.
Sin embargo, estas inversiones en educación y habilidades no están exentas de provocar también decepciones, de acuerdo con el autor Harari. "Cuando alguien aprende un nuevo código o habilidad, es también una apuesta, ya que nadie puede decir con seguridad que esta capacidad vaya a ser necesitada. Algo que también necesitaremos será la habilidad de resistir emocional y mentalmente todo este estrés y todos esto cambios”. Se trata, no obstante, de algo que todavía no se enseña en ninguna universidad.
Autor: Andreas Becker (EAL/EL)
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