"David Bowie tuvo un romance con Berlín"
20 de noviembre de 2008A finales de los años 70, David Bowie -una de las mayores estrellas del rock a nivel mundial- hizo su hogar de un apartamento relativamente sencillo en Berlín. Los tres discos que produjo durante aquel tiempo están considerados como algunos de sus trabajos más innovadores. Uno de ellos dio como fruto la canción más directamente asociada al Muro de Berlín. Pero la aventura de Bowie en la capital alemana no comenzó de forma propicia.
DW-WORLD.DE: David Bowie estaba hecho ciscos cuando se mudó de Los Ángeles a Berlín, en 1976.
Tobias Rüther: El estilo de vida que practicaba había alcanzado su cénit. Había estado tomando muchas drogas y viviendo el tipo de vida intoxicada que uno se imagina de una superestrella del rock. Siempre había querido ir a América, y realmente lo disfrutó. Hasta que se dio cuenta de que no era en absoluto bueno para su salud. Y aquello se combinó con el interés, como muchas otras estrellas del rock de aquel tiempo, por el lado oscuro. Estaba enamorado de lo sobrenatural. Pero en algún punto se despertó y un destino comenzó a emerger de entre la niebla de sus alucinaciones. Un lugar donde iba a intentar salvarse a sí mismo. Aquel lugar era Berlín.
Como describe al inicio de su libro, Bowie también mantuvo una fascinación enfermiza por el fascismo, ¿no es así?
Eso formaba parte de su alucinación. En aquel tiempo decía que Hitler "organizó un país". Y en el contexto de la megalomanía inducida por las drogas de alguien que pensó de sí mismo que era un Mesías del rock'n'roll, reconoció algo como un reflejo de sí mismo en Hitler. Una vez dijo: "Yo hubiera sido un Hitler condenadamente bueno". Más tarde, reconoció que no estaba en pleno control de sus facultades mentales.
Berlín lo curó de aquella fascinación. ¿Cómo era la ciudad a mediados de los años 70?
Era el punto en el que los dos bandos de la Guerra Fría chocaban como en ningún otro sitio. Cuando llegó, en 1976, el Muro de Berlín llevaba allí sólo 15 años. La situación había sido regulada, pero aún era el lugar donde los dos sistemas se embestían. Por otro lado, Berlín Occidental era como una isla muy bien financiada. Tenía algo de idílico. Cuentan, por ejemplo, que nunca había colapsos de tráfico en Berlín. Y al mismo tiempo estaba rodeada por la situación más peligrosa que había vivido el mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Era esta extraña mezcla la que le inspiró tanto.
¿Cómo caracterizaría las diferencias en la música de Bowie antes de mudarse a Berlín y los tres discos berlineses: "Low", "Heroes" y "Lodger"?
En América, Bowie estaba obsesionado con la música negra, con el funk y el soul. Pero en su último trabajo en los Estados Unidos, "Station to Station", la canción que da título al disco tiene una estética repetitiva que también tendrían sus grabaciones en Berlín. La diferencia radical es que "Station to Station" tiene algo de estilo "crooner", de Sinatra. "Low", su primer disco berlinés, es música de autor. Rompe con todos los formatos tradicionales del rock. Y en la segunda cara, donde él ya no canta, esa ruptura es decisiva. Imagine a David Bowie, un intérprete de canciones archiconocido, que simplemente deja de cantar. Se trata de la ruptura más radical que uno se pueda imaginar en los 70. Ningún otro artista de su talla hizo aquello.
Pero su mayor éxito de su época en Berlín fue "Heroes", un himno melodramático que no trataba de extraterrestres o astronautas, sino de dos amantes besándose junto al Muro. ¿Hasta qué punto el notoriamente irónico Bowie quiso decir algo serio con aquella canción?
Creo que el concepto de "decir algo en serio" no se aplica a David Bowie. Él mismo dijo durante aquel tiempo: "Esto es lo más cerca que puedes estar de David Bowie". También dijo que el tipo que estaba haciendo aquellos discos podría posiblemente ser David Bowie. La conexión con Ziggy Stardust o "Space Oddity" es que "Heroes" es enorme. Los protagonistas son "outsiders" como Major Tom, y creo que son una metáfora de la vida al otro lado. Y el "pathos" es, de alguna manera, sobreactuado. Es una canción sobre el Muro, pero no es una canción-protesta. Él escribe sobre dos personas que se encuentran voluntariamente en el Muro porque allí es donde celebran su amor. Creo que, probablemente, a Bowie sencillamente le gustó la imagen.
Hablando de amor, ¿amó Bowie a Berlín o es otro concepto que no aplica?
Creo que se sintió muy, muy bien en Berlín. Más tarde dijo en muchas ocasiones que se sintió más libre allí que cualquier otro momento de su vida. Venía de Los Ángeles, un lugar donde todo el mundo lo conocía, y en Berlín lo dejaron solo. En Los Ángeles, la paranoia había llegado a un punto en que no podía ir por la calle sin pensar "David Bowie está caminando por la calle". Había empezado a pensar sobre sí mismo en tercera persona. En Berlín, se volvió a encontrar de nuevo y al mismo tiempo tenía todas las cosas que le habían fascinado desde su infancia delante de sus narices: pintura, cine, Expresionismo,... una "vieja Europa", por así decirlo. Pero no sé si el amor. Ha vivido desde 1978 en Nueva York. Quizás sería mejor decir que tuvo un romance con Berlín.
Su libro es menos una cronología y más una meditación sobre el periodo de Bowie en Berlín. ¿Por qué eligió escribir de esa manera?
No quería escribir la clásica biografía o un libro de música pop. Quería arrojar un poco de luz sobre la figura de Bowie con todas las referencias y cosas que le influyeron durante su estancia en Berlín. Quería ponerlo de vuelta en el mundo de los 70. No quería escribir un libro simplemente para los fans del pop. Quería mostrar a Bowie como es, un artista del pop absolutamente radical. No quería describirlo como alguien que podría ser explicado solamente por su música. Sigue siendo un misterio para mí, incluso después de haber escrito 220 páginas sobre él.