¿Dardo mortal al buscador de imágenes de Google?
15 de octubre de 2008Una gran victoria de David contra Goliat podría representar el que un juzgado de Hamburgo haya fallado a favor de dos creadores que demandaron, nada más y nada menos, que a Google por poner, sin su autorización, en formato thumbnail sus muestras de sus trabajos en la red.
El fotógrafo alemán Michael Bernhard sintió menoscabados sus derechos de autor al ver sus fotos en la lista de resultados de la máquina buscadora; y Thomas Horn sintió lo mismo cuando vio imágenes de su tira cómica PsykoMan. Debido a que mostrando estas imágenes no se está brindando material para crear cosas nuevas, así la explicación legal, para mostrarlas hay que contar con el permiso expreso de su autor o de quien tenga su Copyright. En vez de la imagen, Google podría mostrar algún texto explicativo, añade el fallo.
Google contrataca
La reacción de Google no se hizo esperar y sólo podía ser una: apelará los fallos alemanes pues considera que el servicio que brinda Google Image Search es completamente legal y ofrece “información crítica y de valor a los usuarios de Internet”. Así lo expresó la empresa a la revista alemana Computerbild, puntualizando que la decisión es negativa, sobre todo, para los usuarios.
Graves consecuencias
La prensa alemana se hace eco de este fallo y algunos ven en ello el comienzo de una gran avalancha de demandas. O no, pues este fallo aún no es vinculante y el poderoso Google apelará en todas las instancias que hagan falta.
¿Y qué pasaría si Google perdiera a pesar de todos sus recursos? Podría tener consecuencias para todos los que ofrecen el servicio de imágenes. Con el volumen millonario de imágenes al día, resultaría imposible contar con una autorización expresa de todos los autores. Además, muchas veces las imágenes llegan a través de terceros a las máquinas buscadoras.
O sea, ¿el pequeño PsykoMan habría logrado con un dardo acabar con el gigante buscador de imágenes Google? Y por ende, ¿con todas las buscadoras de imágenes? “Más fácil y moderno”, dice un apasionado usuario de Google, “es reformar nuestro código legal y nuestros derechos de autor”.