Dar un brazo de acero a torcer
4 de diciembre de 2003El presidente de EEUU, George W. Bush, suprimió los aranceles especiales a la importación de acero. Una decisión que el sector esperaba desde hace semanas. "Ha llegado el momento de levantarlos", manifestó el presidente estadounidense en una declaración que fue leída en rueda de prensa. El presidente evitó anunciar personalmente la supresión de los aranceles, ya que le hubiese supuesto una pérdida de popularidad de cara a las elecciones presidenciales de 2004 en los principales estados productores de acero, como Pensilvania, Virginia Occidental y Ohio.
Aranceles proteccionistas por un comercio justo
Bush destacó en su declaración oficial que los desmesurados aranceles de hasta un 30 por ciento habían logrado su propósito. "Y como resultado de un cambio en las circunstancias económicas, ha llegado el momento de levantarlos", leyó Scott McClellan, portavoz de la casa blanca. En la declaración, el presidente expresó su convicción de que los trabajadores estadounidenses pueden competir con cualquiera en el mundo siempre que tengan condiciones justas y equilibradas.
Antes de tomar esta decisión, el presidente de EEUU manifestó que impuso esta barrera a la importación para dar tiempo a la industria del acero a los reajustes y conseguir unas condiciones justas para el acero estadounidense en el comercio mundial. El representante estadounidense de Comercio, Robert Zoellick, afirmó que la situación del sector siderúrgico estadounidense ha mejorado desde marzo del pasado año. "No sólo la industria está mucho más fuerte que hace 20 meses, sino que las circunstancias económicas cambiaron", manifestó Zoellick.
En una breve comparecencia ante los medios en la Casa Blanca, el presidente Bush adelantó que basaría su decisión final "en la creencia de que los consumidores estadounidenses y la economía estadounidense están mejor en un mundo en el que se comercia con libertad y justicia." La administración de Washington ya ha planeado una serie de medidas que ayudaran a paliar las pérdidas del sector y anunció que pondrá en marcha un programa de seguimiento a las importaciones para evitar que el acero extranjero arrase con el mercado estadounidense.
Decisión prevista
Las empresas que compran acero y muchos analistas del sector daban por descontado que esta misma semana se suprimirían las tasas especiales a la importación de este producto, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) exigió a Washington El calendario estaba condicionado a la convocatoria de una reunión del Organo de Solución de Diferencias de la OMC, en el que se debía ratificar o desestimar la condena contra Estados Unidos por estos aranceles extraordinarios. La Unión Europea (UE) ya amenazó con aplicar aranceles a importaciones de productos procedentes de estados importantes como Florida, California, Carolina del Norte y Carolina del Sur por valor de 2.200 millones de dólares, como medida para contrarrestar la decisión unilateral de Bush de cargar las importaciones estadounidenses de acero con aranceles.
Primeras reacciones en Europa
Las reacciones en Bruselas no se han hecho esperar y el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, anunció el fin del proceso de sanciones comerciales contra Estados Unidos. Bruselas va a congelar el proceso, afirmó el comisario en rueda de prensa, después de que el presidente norteramericano, George W. Bush anunciara su decisión. "Es una muy buena noticia para la siderurgia europea y sus trabajadores", subrayó Lamy
El ministro alemán de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement, dijo seguidamente que la decisión del presidente de EEUU muestra la voluntad de ese país de regresar a la competencia y a los mercados abiertos. Clement celebró la decisión y manifestó en Berlín que supone una señal positiva para las negociaciones sobre un acuerdo sobre el acero en la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE).