Dajabón: frontera, muro y mercado entre Dominicana y Haití
DW visitó el paso fronterizo de Dajabón, uno de los cuatro que canaliza el tránsito de personas y mercancías entre República Dominicana y Haití, con un mercado fronterizo que una vez se soñó binacional.
Cruce limitado
Por el paso fronterizo de Dajabón, abierto cada día desde las ocho de la mañana, miles de vendedores y compradores haitianos solo pueden cruzar la frontera, actualmente, hacia un estrecho espacio del territorio dominicano: el adjunto Mercado Fronterizo de Dajabón.
Doble cruce
Un segundo portón, a unos doscientes metros del pase, bloquea la salida hacia la localidad de Dajabón, a la que solo podrían acceder con un visado, cuya emisión está suspendida.
El muro
A ambos lados del primer portón, se extiende “el muro”, la llamada “verja perimetral inteligente”, en la que el Gobierno del presidente Luis Abinader invirtió ya el equivalente a 32 millones de dólares desde 2021 y planea seguir invirtiendo. Debe llegar a extenderse por unos 50 kilómetros en febrero y hasta por 110 de los casi 400 kilómetros de frontera en una próxima etapa.
Una verja “inteligente”
Aunque no se percibe a simple vista, el muro no solo está reforzado con extensa e intensa presencia militar. Cuenta también con centros de mando computarizados, fibra óptica, sensores de movimiento o cámaras de videovigilancia con visión diurna y nocturna, entre otras herramientas tecnológicas, según la Presidencia de la República.
Camiones-jaulas
Así, las autoridades dominicanas aspiran a controlar el comercio bilateral, el crimen organizado y la inmigración irregular. Para esto último, lanzaron también un operativo con la meta de 10.000 expulsiones semanales de inmigrantes irregulares, que afecta sobre todo inmigrantes haitianos, detenidos y transportados en estos camiones-jaulas.
Escuela en Haití
Micarlie, sin embargo, que vive con su familia en Dajabón, tiene la “suerte” de poder cruzar dos veces al día ambos portones del muro. Va a la escuela Lapacians en Ouanaminthe, al otro lado de la frontera, de 7 de la mañana a una de la tarde. El portón fronterizo abre a las 8, pero en Haití hay una hora de diferencia, una hora menos, y los maestros le perdonan los minutos de retraso, dice.
Sobrevivir
Eloude Saincris, en tanto, es una de las muchas mujeres que atraviesa la frontera con una carretilla repleta de calzado de segunda mano. Lo trae desde cerca de Cabo Haitiano, explica en creole. Viene al “premercado” del jueves, dice, porque los días oficiales de mercado –viernes y lunes- prefiere evitar el tumulto y quedarse del lado haitiano. Vende poco, pero sobrevive.
40.000 metros cuadrados de mercado
El mercado fronterizo de Dajabón, con 40.000 metros cuadrados de área, recibe a entre 12.000 y 15.000 vendedores y compradores haitianos por día de mercado, sin contar a sus pares dominicanos, también abundantes, pero sobre quienes se carece de estadísticas. No está claro su aforo, pero sí que ya llegó a su capacidad máxima, asegura el gerente del recinto, Antonio Díaz.
Vendedores y compradores
Haitianos y dominicanos son vendedores y compradores. Los haitianos se abastecen de todo tipo de productos comestibles: pastas, aceites, enlatados y productos agropecuarios (frutas, vegetales, huevos, arroz, harina, pollos).
De primera y segunda mano
Y venden, sobre todo, ropa y calzado de primera y segunda mano, así como utensilios del hogar, que suelen comprarles los dominicanos.
“Algunos me tratan mal y otros me tratan bien”
Adelina Alce, haitiana residente en Ouanaminthe, vende ropa en Dajabón. Ropa que le llega desde Nueva York. Con los dominicanos se lleva “bien. Tú sabes, algunos me tratan mal y otros me tratan bien, igual que los haitianos”, cuenta.
El negocio “tanto sube como baja”
Gladys de los Santos, dominicana residente en Dajabón, compra ropa usada en el mercado fronterizo, que luego vende en Santiago de los Caballeros, al interior del país. Dependiendo de los vaivenes políticos a ambos lados del muro, el negocio “tanto sube como baja”, dice. “Yo me llevo bien con ellos, no tengo problemas con ninguno de ellos”, dice sobre sus vendedores y vecinos haitianos.
Frustrado Mercado Binacional
Las obras del Mercado Fronterizo de Ouanaminthe, al otro lado de Dajabón, concluyeron hace cinco años. Solo con su funcionamiento simultáneo estaría completo el concepto de Mercado Binacional. Pero la situación de inestabilidad política y social en Haití ha evitado que se aprovechen las instalaciones, aseguran autoridades dominicanas.
Intercambio reducido
El de Dajabón y otros mercados fronterizos -en Pedernales, Jimaní, Elías Piña, Comendador- eran clave para el comercio en muchas ciudades de Haití. Pero, con la expansión de la violencia de las pandillas en torno a Puerto Príncipe, son sobre todo las localidades más próximas a la frontera las que pueden beneficiarse hoy del intercambio.
Comercio informal binacional
Con toda su fragilidad, Haití siguió siendo el tercer socio comercial de República Dominicana, con 1.000 millones de dólares en exportaciones y 11 millones de dólares en importaciones en 2022, según el Centro de Exportaciones e Inversiones dominicano. En este marco, el comercio informal binacional, ascendió a casi casi 430 millones de dólares, según datos del Banco Central.
Motor de la economía local
El mercado de Dajabón necesitaría una expansión, asegura su gerente administrativo, Antonio Díaz. Pues, pese a todas sus limitaciones, es un “motor que mueve la economía local de ambas naciones”.
Solo salida
Dios, Patria y Libertad, reza el escudo dominicano, estampado sobre la reja del portón del cruce fronterizo de Dajabón. Después de cerrado el paso, a las cinco de la tarde, del lado dominicano solo pueden entrar dominicanos o salir haitianos a pie.