Cumbre UE-Rusia: fuertes tensiones
18 de mayo de 2007En ninguna de las 18 cumbres anteriores los gobernantes de Rusia y la UE mantuvieron un duelo verbal tan cargado de acusaciones recíprocas sobre derechos humanos sin conseguir alcanzar el más mínimo acuerdo, como hoy en Samara, una ciudad en el sur de la parte europea de Rusia.
En Moscú fue demorado el ex campeón mundial de ajedrez Garri Kaspárov, líder de la oposición, para que no pudiera trasladarse a Samara para participar en una manifestación de protesta contra el Gobierno de Putin, a la que finalmente asistieron unas 100 personas. La manifestación tuvo lugar, según informa dpa, por presión de la Unión Europea.
Junto con Kaspárov fueron demorados también el escritor Eduard Limónov, líder del prohibido Partido Nacional Bolchevique, y Lev Ponomoriov, dirigente del Movimiento pro Derechos Humanos, y sólo fueron puestos en libertad una vez que salió el último vuelo hacia Samara. La Policía lo niega, pero lo cierto es que los dirigentes de la oposición no arribaron a Samara.
Asimismo fue detenido un periodista del semanario alemán “Focus”. El presidente de la Asociación Alemana de Periodistas, Michael Konken, calificó a la detención de “un nuevo intento de la Policía rusa de impedir que un periodista informe libremente y sin obstáculos acerca de una manifestación contra el Gobierno ruso”. La explicación de la Policía rusa de que se trató de un malentendido “suena poco convincente”, agregó Konken.
Preguntas a Putin
Acosado por las preguntas de la prensa sobre las detenciones de organizadores de la marcha opositora en Samara justo el día de la cumbre, el presidente ruso, Vladímir Putin, argumentó primero que no tenía “nada en contra” de esa manifestación, “siempre que se respete la ley y no moleste a otros ciudadanos”, y hasta llegó admitir que quizás la policía se había extralimitado.
“Digo muy abiertamente que espero que aquellos que quieran protestar y expresar su opinión esta tarde puedan hacerlo”, le replicó la canciller alemana, Angela Merkel.
Fue entonces cuando Putin admitió de hecho que estaba al corriente de las acciones de la Policía, que calificó de “detenciones preventivas que se llevan a cabo en cualquier país del mundo”.
Putin comparó lo ocurrido con Kaspárov con los recientes allanamientos en la ciudad alemana de Hamburgo y detenciones de militantes que, según la Fiscalía alemana, planeaban acciones violentas en el preludio y durante la próxima cumbre del G-8, que se llevará a cabo en Heiligendamm, Alemania, del 6 al 8 de junio.
“Allí han detenido a 148 personas y aquí no habrá más de 200 manifestantes”, afirmó, tras asegurar que no tiene porqué temer a “grupos marginales, más aun cuando son tan poco numerosos”.
Conceptos completamente diferentes
Merkel replicó que “no es lo mismo” la actuación de la Policía con orden judicial y contra potenciales manifestantes violentos y la detención de personas que “sólo se dirigen al lugar de una manifestación'”.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, instó a Rusia a que respete “completamente” los derechos humanos y la libertad de expresión y asociación, dejando claro que la UE y Rusia manejan conceptos completamente diferentes en cuánto a cómo definir los derechos democráticos y cívicos. “Siempre debemos expresar nuestra preocupación cuando detectamos restricciones a nuestros valores y derechos”, subrayó Barroso.
En respuesta, Putin recordó la violación “inadmisible e indecente para Europa” de los derechos de la minoría de origen ruso en Estonia, Letonia y Lituania. Lo que no mencionó fue la ocupación y sovietización de esos países después de la II Guerra Mundial y su incorporación forzada a la URSS.
Recordó sí la muerte de un manifestante durante las protestas en Estonia contra el traslado del monumento y los restos mortales de soldados soviéticos en Tallin, a quien la policía estonia dejó “desangrarse tirado en la calle”, dijo.
Problemas en varios frentes
No menos tenso fue el intercambio de declaraciones sobre el conflicto entre Rusia y Polonia, país que vetó la negociación del nuevo acuerdo marco en respuesta a la prohibición de las autoridades rusas de importar carne del vecino país.
Merkel y Barroso se refirieron a la solidaridad europea y subrayaron la seriedad del “problema polaco”, ya que “se trata de exportaciones europeas que no pueden llegar a Rusia”, y defendieron la calidad de la carne polaca, que se vende libremente en los países de la UE.
Sin embargo Putin aseguró que los polacos exportaban a Rusia bajo su etiqueta carnes de mala calidad procedentes de terceros países.
A pesar de este abierto enfrentamiento, todos coincidieron con insistencia en que las diferencias no deben ni pueden impedir la cooperación estratégica entre Rusia y la UE.
“Ha sido una cumbre útil”, dijo el representante presidencial para las relaciones con la UE, Serguéi Yastrzhembski. Y como ejemplo citó, entre los logros alcanzados, el acuerdo de cooperación entre las regiones fronterizas de Rusia y la UE, el propósito de coordinar los sistemas de navegación Glonass ruso y el Galileo europeo, que les permitirá a la UE y Rusia competir con el estadounidense GPS.
También resaltó el avance en la redacción del acuerdo de alerta sobre seguridad energética, que esperan firmar en la próxima cumbre, convocada para Portugal en octubre próximo.
La cumbre UE-Rusia en Samara fue una de cuatro cumbres bajo la presidencia alemana del Consejo de la UE. Las otras tres cumbres fueron o serán: UE-EE. UU., el 30 de abril en Washington; UE-Canadá, el 4 de junio en Berlín y una cumbre UE-Japón, también planeada para junio.