Cumbre sobre migración de la UE: tensiones y divisiones
30 de junio de 2023La acogida y distribución de refugiados, inmigrantes y solicitantes de asilo es desde hace diez años uno de los temas más controvertidos en la Unión Europea.
El Primer Ministro húngaro, Viktor Orban, habló de una "lucha por la libertad" que tenía que librar contra la política de asilo de la UE. Orban ha acogido incluso posturas de la extrema derecha que usa leyendas de conspiración como la de que supuestamente la Comisión Europea buscaría obligar a Hungría a acoger inmigrantes para intercambiar su población.
Mateusz Morawiecki, el Primer Ministro polaco, rechazó acoger a migrantes o pagar compensaciones si no lo hace. Polonia debe seguir siendo un país seguro, afirma. Los diplomáticos austriacos por su parte, afirman que la cuestión migratoria afectaba al núcleo de la UE y a la continuidad de su existencia y su cohesión interna.
Junto con Alemania, Austria es uno de los Estados con mayor número de solicitudes de asilo de la UE. Por ello, el gobierno rechaza que se sigan admitiendo inmigrantes y quiere que los Estados de primera entrada se hagan cargo de ellos o los deporten más rápidamente si no tienen perspectivas de asilo.
Alemania apuesta por la solidaridad
El Canciller alemán, Olaf Scholz, al igual que la mayoría de los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas este 30 de junio, se aferra al paquete de reforma de la gestión de asilo acordado por los ministros de Interior hace sólo tres semanas.
El núcleo de la normativa es la solidaridad entre los Estados miembros, dijo. "Creo que al final (...) todo el mundo lo acatará. Y creo que esto también es muy posible", dijo Scholz. Por primera vez en muchos años se ha podido llegar a un acuerdo sobre el compromiso de acoger inmigrantes o de pagar indemnizaciones.
Se trata de un gran avance, reiteró el Canciller. Hasta ahora no había habido un verdadero reparto de cargas a largo plazo. Más bien, dijo, los países actualmente afectados habían reclamado solidaridad, pero no la habían proporcionado cuando otros la necesitaban. "La consecuencia y la lección de esto debe ser que nos tratemos con solidaridad, soportemos juntos los retos, gestionemos conjuntamente nuestras obligaciones humanitarias y los tratados internacionales que hemos firmado sobre protección de refugiados".
Alemania espera que los procedimientos de asilo directamente en las fronteras exteriores de la UE, en países de primera entrada como Italia y Grecia, alivien la carga. Hasta ahora, muchos inmigrantes procedentes de Italia o Grecia viajan de algún modo a Alemania sin ni siquiera ser registrados en las fronteras exteriores.
Olaf Scholz supone que al final Polonia y Hungría también acatarían las nuevas normas, que rechazan con vehemencia. Sin embargo, podrían pasar otros dos años antes de que las normas se conviertan en ley. En primer lugar, el Consejo de Ministros de la UE debe acordar un texto jurídico con el Parlamento Europeo. Esto debería ocurrir a finales de año. Después vendrán las votaciones en el Pleno y en el Consejo de Ministros y, por último, la transposición a la legislación nacional de los Estados miembros.
Italia quiere limitar las llegadas a sus fronteras
En el debate de la cumbre, la ultraderechista jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni, intentó adoptar una especie de posición intermedia entre los recalcitrantes polacos y húngaros y el vasto resto de los Estados miembros de la UE.
Polonia y Hungría estarían de acuerdo en que hay que mejorar la protección de las fronteras exteriores y concluir acuerdos con los países de origen y tránsito para el retorno rápido de los migrantes, según Meloni. Según el gobierno italiano, hay que impedir la entrada en la UE para evitar en primer lugar los problemas de distribución dentro de Europa.
Formalmente, los Jefes de Estado y de Gobierno no decidieron nada, a pesar de los largos debates. No hubo declaración escrita sobre migración, lo que habría requerido unanimidad. Así que probablemente la pelota vuelva ahora al tejado de los ministros de Interior, que se reunirán dentro de tres semanas.
(jov/el)