Cumbre Euromediterránea: dominada por el tema del terrorismo
28 de noviembre de 2005
El rey de España, Juan Carlos de Borbón, inauguró esta mañana la conferencia animando a los participantes a comprometerse con una "lucha operativa contra el terrorismo" e insistiendo en la necesidad de lograr una "gestión ordenada de los flujos migratorios que resulte beneficiosa para todos". Con estas palabras, el rey indicó qué cuestiones son las que van a dominar la cumbre: impulsar un acuerdo en materia de terrorismo y buscar soluciones a la inmigración descontrolada.
El éxito o el fracaso del encuentro se medirá sobre la base de los compromisos que alcancen los 25 Estados miembros de la Unión Europea con Marruecos, Siria, Argelia, Turquía, el Líbano, Israel, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania, Egipto y Túnez, los diez socios mediterráneos.
Cumpleaños con ausentes
Diez años han pasado desde que se dieran los primeros impulsos a las relaciones euromediterráneas. Es un cumpleaños muy especial el que se celebra en Barcelona, y los líderes políticos no quieren que pase sin alguna señal de entendimiento: de ahí los esfuerzos por sacar adelante el Código de Conducta Antiterrorista, un documento que ha de servir de guía para la lucha contra el terrorismo, y una Declaración final en la que se condene el recurso de las armas en nombre de cualquier nación, cultura o religión.
No obstante, la cumbre cuenta con significativas ausencias, como las de los presidentes de Egipto, Siria e Israel y el rey de Jordania. Sin estos pesos pesados, el Código de Conducta y la Declaración pierden contundencia y valor político. De los ausentes proceden las principales objeciones a los textos, nacidas de las diferencias entre los países árabes e Israel a la hora de definir dónde empieza el terrorismo y dónde acaba el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Erradicar el terrorismo
El Código de Conducta Antiterrorista tiene como objetivo erradicar el terrorismo. El documento establece un intercambio voluntario de información entre los países firmantes y una cooperación efectiva para llevar a los acusados de terrorismo ante la justicia. Además, los países se comprometerían a no conceder asilo a terroristas y ratificarían su "total condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones".
En el boceto original, redactado por la presidencia de la Unión Europea, este trimestre en manos de Gran Bretaña, se leía que "los ataques terroristas no pueden ser justificados ni legitimados por ninguna causa o agravio" pero se recordaba el "derecho de todos los pueblos a la autodeterminación, y en este contexto a dar los pasos para realizar este derecho". En aras del acuerdo que quiere Europa a toda costa, ambas frases han sido eliminadas.
Marruecos pide ayuda para controlar la inmigración
Tras la crisis de este otoño en las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos, el tema de la inmigración ilegal no podía quedar al margen un encuentro como la cumbre Euromediterránea.
Driss Yetu, primer ministro marroquí, declaró en Barcelona que la colaboración en temas migratorios entre la Unión Europea y Marruecos es "excelente, sobre todo con Francia y España". Aún así, Yetu pidió a la UE que se comprometa con la lucha contra los flujos migratorios ilegales y dote a su país de los medios necesarios para poder controlarlos. "Europa debe tener una verdadera política africana para acabar con el problema de la inmigración ilegal", dijo Yetu.
Plan a cinco años
A nadie se le escapan las sensibilidades que despierta el Código de Conducta Antiterrorista. Para no irse de vacío en caso de desacuerdo, los 35 países participantes han ratificado un paquete de medidas con un plazo de cinco años para mejorar las relaciones y superar los problemas.
El Programa de Trabajo a Cinco Años, como ha sido bautizado el documento, propone que hasta el año 2010 se realicen claros avances en el proceso de democratización de los países mediterráneos. La paz, la seguridad y la prosperidad de la región han de alcanzarse conjuntamente y con ayuda europea, así como el fin del conflicto árabe-israelí.
Más derechos para la mujer en los países árabes, y una agilización de los intercambios comerciales entre la UE y la zona mediterránea, sobre todo en los sectores agrícola y servicios, con el objetivo sin fecha de crear un área de libre comercio, aparecen también plasmados en un ambicioso plan con grandes objetivos.