"Cumbre de la reconciliación"
21 de junio de 2003Las exhortaciones a no permitir que la violencia torpedee la "hoja de ruta" hacia la paz, que debía conducir a la instauración de un estado palestino independiente hasta el año 2005, se multiplican por estos días ante la evidencia de que los grupos extremistas no están dispuestos a deponer las armas, ni Israel a renunciar a las represalias militares. La salida de este callejón sangriento todavía no se perfila con claridad. Pero resulta evidente que no hay alternativa posible, como lo subrayó el rey Abdullah II de Jordania, al inaugurar una conferencia extraordinaria del Foro Económico Mundial.
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La cita, a la que acuden más de 1200 altos representantes del mundo político y económico, de 65 países, no tiene lugar esta vez en el apacible escenario de Davos, sino en el balneario jordano de Shouneh, junto al Mar Muerto. Su propósito es abordar desde una perspectiva más amplia el siempre candente tema del conflicto palestino israelí, en la convicción de que el desarrollo social y económico debe apuntalar los esfuerzos de paz, para que ellos prosperen. El otro tema principal de la agenda es la reconstrucción de Irak.
Bautizada de antemano como la "cumbre de la reconciliación", la conferencia ofrece un foro excepcional para tratar estas materias más allá de los clásicos marcos políticos. Si bien Siria y el Líbano se mantuvieron al margen, en protesta por la presencia de la delegación israelí, se trata del primer encuentro de grandes dimensiones entre líderes del mundo árabe y el occidental. El lema marca la pauta de lo que se espera lograr: "Visiones para un futuro común".
Diálogo intercultural
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, previno en Jordania de la falta de voluntad política y confianza entre israelíes y palestinos. Al mismo tiempo, manifestó su satisfacción por el liderazgo que ha vuelto a asumir en los esfuerzos de paz Estados Unidos, representado en la conferencia por el secretario de Estado, Colin Powell. Por su parte, el presidente germano federal, Johannes Rau, abogó por un "diálogo intercultural", entre Occidente y los países islámicos, dirigido a flanquear el proceso político y fomentarlo. En lo tocante a Irak, el jefe de Estado alemán instó a mirar hacia adelante y no seguir centrando la discusión en cómo podría haberse evitado la guerra. "Nuestra tarea consiste hoy en hacer nuestro aporte para mejorar la suerte política y económica del pueblo iraquí", afirmó Rau.
Los organizadores de la conferencia idearon una serie de iniciativas para presentar en Shouneh. Entre ellas se cuenta la de crear un consejo de cien dirigentes del ámbito económico y científico, con la misión de impulsar la cooperación entre el mundo islámico y las naciones occidentales. Otra de las propuestas consiste en establecer un consejo económico del sector privado árabe, que habría de fortalecer la colaboración regional y servir de asesor al Foro Económico Mundial.