La selva está en llamas. La avaricia y la codicia están destruyendo uno de los ecosistemas más importantes del mundo. La Amazonía, pulmón verde del planeta, se ha convertido en fuente de CO2, acelerando aún más el cambio climático.
¿Cómo responde el arte al preocupante estado del mundo? Señala, remueve conciencias y busca soluciones. Cultura.21 viaja a Brasil y Camerún, se reúne con artistas y muestra proyectos con visiones para un futuro mejor.
Emerson Pontes es drag queen, estudió ciencias y tiene raíces europeas e indígenas. En su obra artística se transforma en un ser híbrido de la naturaleza para destacar las complejas relaciones entre los diversos organismos de nuestro entorno. Con su alter ego artístico Uýra Sodoma quiere ampliar el horizonte de la mirada europea y occidental con la visión de los pueblos indígenas.
Emerson Pontes nació en el norte de Brasil, en Mojuí dos Campos, un pueblo amazónico en el estado de Pará. Cuando tenía 5 años su familia se mudó a Manaos, una ciudad industrial en la zona selvática. Aquí estudió la carrera de biología y un máster en ecología.
Emerson Pontes busca como Uýra Sodoma combinar los estudios científicos con los conocimientos indígenas y su experiencia como una persona no binaria y trans. Emerson busca reflejar en su arte la complejidad del mundo, la vida y la naturaleza.
La destrucción de las zonas selváticas tiene consecuencias dramáticas para el planeta. Los pueblos indígenas lo sufren de forma especialmente directa e inmediata.
Por ello en el sudoeste de Camerún, cerca de la ciudad costera de Kribi, se está construyendo un proyecto por un futuro mejor. Se llama Warka Village y está concebido en consonancia con la naturaleza y la utilización de materiales y tipos de construcción tradicionales. El elemento central del proyecto es una torre con capacidad para albergar hasta 25 000 litros de agua pluvial y convertirla en agua potable; un bien muy escaso aquí.
El pueblo se está construyendo con la participación de las comunidades locales. La gestión está a cargo de Barbara Edmonda Guessen, de Camerún, y el arquitecto responsable es el italiano Arturo Vittori, que ya ha trabajado en proyectos de asentamiento para la investigación espacial y está familiarizado con condiciones ambientales extremas.
"Warka Village" pretende ser un lugar en el que la gente pueda vivir en armonía con la naturaleza y sustentarse a sí misma. Los Bagyeli podrían ser sus futuros habitantes. Han sido expulsados de las selvas tropicales a causa de la deforestación.
En dos años, la aldea “Warka Village" debería estar lista para ser habitada. El proyecto es también un intento de preservar los conocimientos de los Bagyeli sobre materiales y técnicas de construcción sostenibles, y llevarlos a los países ricos.
Una preocupación que Kay Sara también comparte. Nació en Iauaretê, Brasil, cerca de la frontera con Colombia, en el estado de Amazonas. Su madre pertenece a la tribu Tariana, su padre es Tukano. Cuando Kay Sara tenía siete años, la familia se trasladó a Manaos. Hoy vive en São Paulo y defiende los temas indígenas como actriz y activista. Los abuelos de Kay Sara ya actuaron en películas a principios de los años 90, luego sus padres y ahora ella y sus hermanos. Películas que hablan del vagabundeo entre mundos, de la lucha por la supervivencia y de la desaparición de una cultura.
La preservación de la selva tropical es existencial. Los pueblos indígenas, los investigadores del clima y los ecologistas, luchan por ello. También los activistas y los defensores de los derechos humanos, como el dramaturgo y cineasta suizo Milo Rau, quien ha hecho del Amazonas el escenario de una nueva producción de la antigua tragedia "Antígona". La historia de la lucha entre la ley divina y la humana.
Y un símbolo de la guerra cultural en Brasil, entre el gobierno y los que tienen que luchar por su tierra y por la supervivencia. Se está destruyendo más selva tropical que en los últimos diez años, en beneficio de los proyectos mineros y de la industria agrícola y maderera. En lugar de proteger la selva tropical -como exigen los expertos en clima y prevén las leyes-, el gobierno intenta cada vez más expulsar a los indígenas de las zonas que les quedan, para talar aún más.
"Para nosotros, siempre se trató de vivir en armonía con la naturaleza”, dice Kay Sara. Tomas algo de ella, pero también le das algo: una actitud para mejorar la convivencia. Hoy en día no es así. La gente simplemente toma. Y estamos viviendo una catástrofe global. Los pueblos indígenas pueden enseñarle al mundo a vivir de forma más sostenible."