Cuba-EE.UU.: primavera que causa rechazo
19 de diciembre de 2014Obligar a Cuba a democratizarse era, hasta ahora, el objetivo de EE. UU. El aspecto más conocido de su política hacia Cuba es el embargo comercial, con el que EE. UU. prohíbe a sus ciudadanos comerciar con la isla. Ahora, el presidente Obama planea levantar ese embargo que, desde su punto de vista, no cumplió su objetivo.
Pero el Congreso no parece estar dispuesto a aprobar la anulación del embargo, por eso, el presidente estadounidense quiere, al menos, introducir algunos cambios que facilitarían enviar dinero desde EE. UU. o viajar a Cuba, y también reanudar las relaciones diplomáticas.
Disidentes: Acercamiento no es una “liberación”
No solo la cúpula estatal y partidaria de Cuba en torno a los hermanos Castro considera el embargo como la razón principal de la miseria reinante en Cuba. También diversos expertos hablan de ello. Pero para los disidentes el embargo es un problema secundario. Muchos más grave es, a sus ojos, la catastrófica situación de los derechos humanos en la isla. Por eso, casi nadie ve en este acercamiento un golpe liberador. Por el contrario, las opiniones coinciden en que Washington tiene muy poca influencia en las penurias que sufre el pueblo cubano, y en que el único responsable de la situación en cuanto a DD. HH. es el régimen de los Castro.
“La democratización de Cuba no depende de manera determinante de EE. UU. ni de otro país”, explica Carlos Payá, portavoz de la sección hispana del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Es por eso que el acercamiento diplomático entre Cuba y EE. UU. tiene una importancia secundaria en la situación de los cubanos.
También Berta Soler, de la organización en defensa de los DD. HH. “Damas de Blanco” piensa de ese modo. “Con o sin el embargo, el régimen seguirá oprimiendo al pueblo cubano”, dijo Soler, galardonada con el Premio Sajarov, al canal español América TeVe. La decisión de Obama abre “al aparato represor cubano el acceso a más recursos financieros para seguir con la opresión”.
Victoria propagandística para Castro
También Antonio Guedes, presidente del partido de exiliados Unión Liberal Cubana (ULC), con sede en España. Justo ahora, cuando Venezuela recorta su ayuda económica para Cuba de manera drástica, el régimen de Castro está bajo una enorme presión. Una presión que, según Guedes, debería haber sido utilizada por Obama para forzar a Castro a realizar mejoras concretas en el terreno de derechos humanos. En lugar de eso, ahora Raúl Castro celebra una victoria diplomática y propagandística.
El argumento del presidente Obama es, en opinión de Guedes, contradictorio: “Recientemente, Obama aplicó sanciones económicas a Rusia y a Venezuela para corregir su rumbo político. En cambio, quiere levantar las sanciones contra Cuba con el mismo fin.”
Los derechos humanos, el problema de fondo
René Gómez Manzano, un disidente del régimen que vive en La Habana, dijo a Deutsche Welle que no ve nada negativo en que el pueblo cubano tenga más acceso al bienestar económico, pero que el embargo no es el problema más acuciante. “En Cuba no hay libertad: ni libertad de opinión, ni de reunión ni de prensa, y mucho menos elecciones libres”. A raíz de eso, Gómez advierte caer en unas relaciones demasiado “cercanas”: “El Congreso de EE. UU. solo debe levantar el embargo si el régimen cubano da pasos concretos para llevar a cabo mejoras significativas y comprobables en los derechos humanos.”
No todos los disidentes están en desacuerdo
A pesar de todas las críticas, también hay cubanos en el exilio que aplauden la decisión de Obama. “Una cantidad importante de cubanos aquí en Miami opina que es un paso valiente en la dirección correcta”, señala Arnoldo Muller, del partido socialdemócrata CSDC, de Miami. El que sufre debido a las sanciones es, después de todo, el pueblo cubano, y esta apertura despierta la esperanza de que la situación de los derechos humanos en Cuba pueda mejorar. Sin embargo, un verdadero motivo para celebrar será, según el, el levantamiento definitivo del embargo que, en el mejor de los casos, conduciría a una mejora de la situación económica en Cuba, un proceso que será gradual. Pero ninguno de los disidentes cree que algo cambiará fundamentalmente en cuanto a los derechos humanos en Cuba bajo el régimen de los Castro.
De acuerdo con la politóloga cubana Maria Werlau, sin embargo, la libertad podría, como en China, limitarse a una ampliación de las libertades económicas. Otros derechos humanos quedarían en el camino, a pesar del acercamiento diplomático con EE. UU. Según la experta, ni siquiera se puede creer que las manifestaciones de júbilo en La Habana sean espontáneas. Werlau también lamenta que el apoyo a Cuba sirva para revalorizar el régimen.