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Cuando las máquinas aprender a pensar

Heiner Kiesel / VC16 de noviembre de 2013

La interconexión virtual ofrece posibilidades insospechadas para la informática. Sin embargo, empresas alemanas temen quedar en el camino debido a las regulaciones estatales y el escepticismo de los clientes.

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Imagen: DW/Sven Falge

A través de aparatos cada vez más eficientes, como los teléfonos inteligentes, los usuarios tienen la posibilidad de intercambiar de forma constante informaciones multimediales. El siguiente nivel en el desarrollo de la informática se llama “todo inteligente” (smart anything), apunta Dieter Kempf, jefe de la Asociación Alemana del Sector de las Tecnologías de la Información, Bitkom (por sus siglas en alemán). Así, un chip en el marcapasos puede contactar el teléfono móvil de un médico o un teléfono inteligente puede mandar a una calefacción la información de que el dueño de casa está por llegar.

Las redes eléctricas, los procesos de producción, la salud: todo se está volviendo “inteligente”. “En Alemania, Internet ofrece buenas posibilidades, porque estamos bien posicionados en la industria de maquinaria”, opina Kempf. No obstante, el experto también señala que 20 millones de ciudadanos alemanes rechazan innovaciones en este campo. Según una encuesta, en 2030 habrá más de 50 mil millones de aparatos que intercambien datos.

Escándalos de escuchas dificultan intercambio de datos

Si fuera por Peter Rampling, en un futuro no muy lejano, los automóviles se comunicarían directamente con las compañías de seguros. Rampling es el responsable de la estrategia digital de la empresa Telefónica en Alemania, República Checa y Eslovaquia. Después de haber sido probado en España, un proyecto con su sello ahora también está siendo impulsado en Alemania. Un aparato en el vehículo registra e informa el estilo de manejo del dueño del automóvil. “Así, la compañía de seguros puede negociar condiciones más baratas para el contrato”, indica Rempling.

En el espacio público, Rampling pretende conectar la publicidad con los aparatos móviles. Si alguien pasa por una tienda de ropa, por ejemplo, las ofertas de dicha tienda podrían aparecer en la pantalla del celular de esa persona, explica el gerente de Telefónica. Asimismo, dice estar convencido de que, dentro de unos cuantos años, todos poseerán una billetera electrónica.

Sin embrago, no todo depende solo de las posibilidades técnicas. Rampling admite que la confianza de los usuarios en la forma en que las empresas manejan sus datos se ha vuelto uno de los factores de negocio más importantes del sector. Su creciente escepticismo, sobre todo después de los escándalos de los servicios de inteligencia, dificulta el intercambio ilimitado de datos.

Europa va a la zaga

Timotheus Höttges, futuro presidente de Deutsche Telekom, desearía que una gran parte de esos datos sean trasmitidos por empresas alemanas o, por lo menos, europeas. “Deberíamos contribuir a dar forma a este proceso y no vivirlo solo desde la perspectiva de clientes”. Höttgens critica las medidas de regulación: “No puede ser que una empresa invierta miles de millones en infraestructura y que, después de 15 años, deba ceder parte de su espectro. Esto perjudica las inversiones”. De otra forma, asegura el futuro presidente de la compañía de telecomunicaciones alemanas, persiste el peligro que los europeos sean “degradados a enanos”.

Timotheus Höttges, futuro presidente de Deutsche Telekom.
Timotheus Höttges, futuro presidente de Deutsche Telekom.Imagen: DW/H.Kiesel
Dieter Kempf, jefe de la Asociación Alemana del Sector de las Tecnologías de la Información, Bitkom.
Dieter Kempf, jefe de la Asociación Alemana del Sector de las Tecnologías de la Información, Bitkom.Imagen: DW/H.Kiesel