Arte urbano
29 de marzo de 2010Cuando comenzó sus estudios en Dortmund hace siete años, a Lydia Albers nunca se le habría ocurrido mudarse a Borsigplatz, un barrio caracterizado por sus edificios grises, habitado por una gran cantidad de desempleados e inmigrantes sin oportunidades de integración social. “Esa zona de la ciudad tenía una mala imagen, pero es una imagen injustificada”, dice Albers. Desde enero, la estudiante vive en el corazón de Borsigplatz y está asombrada. “La gente de mi vecindario es muy amistosa y abierta”.
Alterando paisajes urbanos en el Ruhr
Ella se mudó a ese barrio como miembro del proyecto 2-3 Strassen (2-3 calles). Las premisas del proyecto: reservar tres calles de tres ciudades para que 78 personas puedan vivir sin pagar alquiler por un año, con el compromiso de que alteren la vida de su nuevo entorno mediante pequeñas intervenciones artísticas. Otros 77 participantes de este proyecto cultural se han distribuido por vecindarios de Duisburgo y Müllheim que suelen ser tildados de “vecindarios problemáticos”.
La idea de este inusual proyecto urbano se le ocurrió al artista alemán Jochen Gerz; ahora, 2-3 calles se ha erigido en uno de los atractivos más prominentes de la región del Ruhr en el marco de su programa como Capital Europea de la Cultura 2010.
Calles marcadas por el arte
Sin embargo, la mayoría de los participantes de 2-3 calles no se consideran artistas; buena parte de ellos viene de otras disciplinas, tienen entre 25 y 40 años, y viven solos. El proceso de selección de los candidatos duró un año entero y en él participaron 1.500 personas de todo el mundo. El entusiasmo que demostró por el proyecto y su tenacidad le aseguró a Albers uno de los apartamentos más codiciados.
“La idea de mezclar cultura y espacios habitados me parece muy interesante”, dice la estudiante de decoración de interiores. “En este vecindario, el desarrollo urbano no viene dictado por arquitectos o geógrafos, sino que tiene lugar orgánicamente, a través de pequeñas actividades artísticas”, agrega. Pero, a juicio de Ralf Orendi, quien vive en el mismo edificio que Albers, está claro que el proyecto tiene algo de artificioso.
Ampliando la percepción
“En el transcurso de un año no podemos convertir este vecindario en un mundo perfecto, pero podemos generar cambios pequeños, cambios que permanecen”, dice el estudiante con un dejo de esperanza. Orendi se propone, por ejemplo, persuadir a sus vecinos de hacer un recorrido por otras zonas de la ciudad para ampliar la percepción que tienen de la ciudad en donde viven. “Después de todo, muchos de ellos conocen muy poco lo que los rodea”, sostiene Orendi, quien desde hace dos años estudia trabajo social con énfasis en pedagogía teatral.
Además, el joven desea despertar el interés de sus vecinos por el teatro de improvisación. “Estoy concibiendo en este momento una pequeña pieza de teatro que habla sobre el intercambio de apartamentos y que me gustaría montar en las salas de las viviendas”, explica. Cualquiera que lo desee puede participar. Albers ya anunció que tomaría parte en ese proyecto y se reúne frecuentemente con Orendi para pulir los detalles organizativos.
Llevar color adonde no lo había
También a Albers se le han ocurrido maneras de involucrar a los habitantes de su vecindario con las propuestas artísticas de 2-3 calles. Una de ellas consiste en pintar las salas que sus vecinos usan para sus encuentros con la ayuda de los niños del barrio. “Yo quisiera traer color a la vida de la gente que vive aquí”, dice Albers. Todavía no ha sostenido un pincel entre sus dedos, pero con frecuencia se ha sentado frente a su ventana para imaginarse los tonos que podrían transformar el alma del vecindario con ayuda de su ordenador portátil.
Todo lo que Albers escribe termina asentado en un gran diario que será publicado cuando finalice el proyecto 2-3 calles. También los habitantes de Borsigplatz y los visitantes pueden anotar allí las impresiones que en ellos despierten las intervenciones artísticas en el barrio; para ello será instalado un ordenador de acceso público. Al fin y al cabo, la meta es que en la región del Ruhr se difunda la convicción de que cada persona es una artista y la sociedad entera es una gran escritora.
Autora: Sabine Damaschke / erc
Editor: Enrique López Magallón