Explosivas revelaciones

Durante una conferencia de prensa, este lunes 27/2, Julian Assange elevó duras acusaciones contra la agencia privada de inteligencia Stratfor, que asesora a grandes corporaciones, denunciando que lleva a cabo “actividades corruptas”. Entre otras cosas, Stratfor pagó, según Assange, para poder vigilar a activistas que trabajan por los derechos de los damnificados de la tragedia de Bhopal, en India, y también a miembros de la organización de protección a los animales PETA.

Nuevos documentos podrían probar ahora la manera en que Stratfor recluta y paga a sus informantes. Según Wikileaks, los e-mails, que serán publicados poco a poco, están fechados entre julio de 2004 y fines de diciembre de 2011. El 26 de diciembre, la agencia Stratfor fue objeto de un ciberataque del que se declaró responsable Antisec, un grupo perteneciente a Anonymous, el colectivo de activistas digitales. La operación fue bautizada “LulszXmas”, un juego con las palabras inglesas “lulz” (diversión) y “christmas” (navidad).

¿Quién está detrás de Stratfor?

Stratfor, que antiguamente se llamaba Strategic Forecasting, es considerada por los medios alemanes, entre otras cosas, como una compañía privada que asesora militarmente a EE. UU. Según su propia definición de tareas, Stratfor se dedica al análisis geopolítico global.

“En EE. UU., Stratfor se hizo famosa a fines de los 90 y comienzos del 2000 por sus pronósticos, que resultaron correctos, acerca de Irán y Al Qaeda” señala Daniel Hamilton, politólogo de la Universidad John Hopkins, de Washington. “Desde entonces, muchos estadounidenses piensan que sus análisis son certeros”, añade el experto.

En principio, Stratfor reúne información y la vende a sus clientes. “Se puede decir que está entre una compañía privada de inteligencia y una empresa de seguridad”, opina el experto en política exterior Thomas Jäger, de la ciudad de Colonia. “La tarea central de la compañía es confeccionar análisis geopolíticos y sobre la seguridad a nivel global que luego son distribuidos exclusivamente entre los clientes suscriptos a cada tema de interés”, dice Jäger.

Pero, justamente para una empresa que se precia de ser un servicio secreto privado, el robo de datos es un suceso en extremo lamentable. Stratfor declaró acerca del robo de e-mails que “es una violación lamentable, desgraciada e ilegal de la esfera privada”, y no planea tomar posición acerca de ninguno de los contenidos de los e-mails ni sobre la veracidad de dicha información.

En lugar de eso, la compañía intenta, ante todo, tranquilizar a sus clientes, dijo Thomas Jäger. “En la página de Stratfor se puede comprobar que se esfuerza increíblemente por convencer a sus suscriptores de que sus análisis aún son seguros y cualificados. Se publicaron los números de tarjetas de crédito de sus suscriptores hace ya un tiempo, incluyendo a grandes personalidades, entre las cuales estaba Henry Kissinger, y eso contribuyó considerablemente a dejar por el suelo la reputación de la firma”, explica Jäger. Las actuales publicaciones también causaron graves daños a la empresa, y aún no se ha publicado la totalidad de los documentos.

Documentos secretos: ¿cuán explosivos son?

Wikileaks dijo que “los e-mails revelan la red de informantes de Stratfor, su estructura de remuneración, sus prácticas de lavado de dinero y sus métodos de presión psicológica”. En más de 4.000 e-mails de la agencia de investigación se hablaría de Wikileaks y su fundador, Julian Assange. Y también se dice que hay mensajes con información acerca del juicio del Gobierno de EE. UU. contra Assange.

Esa podría ser otra de las razones por las cuales Wikileaks puso a Stratfor en la mira de su próximo golpe informativo. “Después de lo que he leído parece que Wikileaks lleva a cabo una estrategia directa contra Stratfor”, dice Daniel Hamilton, quien ve la publicación como una especie de “venganza”.

Sin embargo, aún no es posible estimar el grado de explosividad del material informativo. Hamilton no cree que las actuales revelaciones posean la misma magnitud de los miles de cables secretos del servicio diplomático estadounidense, que fueron publicados en 2010. Thomas Jäger comparte la opinión de Hamilton. “En la página de Wikileaks hay informaciones y citas que no indican que esta vez haya grandes sorpresas”, dice.

Pero todavía no se publicaron todos los documentos. Según Julian Assange, Wikileaks vigiló las actividades de Stratfor durante varios meses junto con “25 medios de todo el mundo”, lo que resultó en un escándalo de enormes dimensiones que aún está por revelarse a la opinión pública. Y anunció que “la gran historia saldrá a la luz dentro de tres o cuatro días”.

Autor: Marco Müller/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia