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"Crueldad emocional" prenavideña

8 de diciembre de 2003

La sensibilidad aflora en la época navideña. Extremadamente sensibles se están mostrando al menos algunos, que alzan la voz para proteger a los vendedores de la avalancha de villancicos que inunda las tiendas.

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¿Cuántos villancicos aguanta un vendedor?Imagen: AP

Los villancicos suelen llenarnos de una sensación de armonía y tranquilidad. Al fin y al cabo, son los heraldos de la Navidad, la fiesta de la paz y la hermandad, que la mayoría de la gente relaciona con horas de afecto compartido en familia o con felices recuerdos de la infancia. En suma, las asociaciones que provocan las canciones navideñas suelen ser positivas y benevolentes. Salvo que a uno le toque escuchar una y otra vez los mismos villancicos, docenas de veces al día.

Eso es lo que les ocurre a los vendedores de numerosos establecimientos comerciales en la temporada de adviento. En tales casos, ese "Jingle Bells" que nos recuerda que se acerca la Navidad, se puede transformar en un taladro auditivo para los sufridos trabajadores del comercio. Y en una verdadera tortura emocional, según un funcionario del sindicato alemán de servicios, Verdi. El representante sindical en cuestión, Ronald Tremper, gerente de Verdi en Berlín, demanda por lo tanto que se alarguen las pausas del personal en 15 minutos. Según señaló al periódico Bild am Sonntag, la contaminación acústica se vuelve cada vez peor, lo que considera una "crueldad emocional".

¿Dónde quedó el espíritu navideño?

Podría acusárselo de aguafiestas o de carecer en absoluto del tan añorado espíritu navideño. Pero, de hecho, Tremper no está solo con sus quejas. Ludger Visse, del "Círculo de trabajo de lucha contra el ruido", solicita incluso una indemnización financiera para los martirizados dependientes: "la música representa un factor adicional de estrés para los vendedores, que deben recibir una compensación económica", afirma.

¿Cómo enfrentan las grandes tiendas semejantes embates contra los villancicos? ¿Se dispondrán, a partir de ahora, a alternar un "Venid, pastores a adorar" con un "Let me entertain you", para garantizar la variedad de la música que propagan sus altavoces? Y ¿cómo incidirá la música de Robie Williams en la conducta de los consumidores? ¿Podrá acaso inducir a abrir generosamente las billeteras para la compra de regalitos de Navidad? Las interrogantes se multiplican. Pero, desde ya, la red de establecimientos comerciales Karstadt está tomando medidas de precaución. Según un portavoz de la empresa, la cadena de multitiendas ha reducido drásticamente la emisión de canciones navideñas, debido a que muchos clientes se han quejado de la música.