UE enfrentada a la crisis del pepino
7 de junio de 2011
La infección con la bacteria e.colli (escherechia colli enterohermorrágica o EHEC) va a la baja en el mayor centro de la enfermedad localizado en el norte de Alemania. Ahora se descarta su origen en los brotes de soja, así como antes sucedió con el pepino, en los tomates, lechugas y calabacines. Mientras tanto, en el sur del continente europeo, sobre todo en España, toneladas de verdura han sido retiradas del mercado, destruidas o regaladas. El alud que echó a rodar Cornelia Prüfer-Storcks, la ministra de Salud de la ciudad-Estado de Hamburgo, declarando que el foco de la infección estaba localizado en el pepino español ha sido devastador. Para las hortalizas, para los agricultores, para la exportación, para el sistema de alerta sanitaria en la Unión Europea.
Alemania criticada
"No es normal que los europeos salgan a comer una ensalada y se mueran", polemizaba en el pleno del Parlamento Europeo la socialista inglesa Linda McEvan, mientras que la alemana Rebecca Harms, de Los Verdes, exigía “una oficina central de observación para casos de crisis”; un mejor seguimiento de los productos, pedía, por su parte, Sabine Wills de la Izquierda Nòrdica. El diputado español Francisco Sosa-Wagner calificó de “precipitada e imprudente” la reacción de Alemania y varios calificaron de fracaso la gestión de esta crisis. "Comprendo la ira de los cultivadores españoles", afirmó por su parte el conservador británico James Nicholson, sin embargo, "a ellos les podemos compensar, pero no podemos recuperar las vidas (22) que hemos perdido".
“Comprendemos el derecho a la información del ciudadano”, dijo en rueda de prensa el comisario europeo de Salud, John Dali después de la reunión de ministros de Sanidad y Agricultura en Luxemburgo, “pero exigimos fundamento científico en ella”. Dali pidió también intensificar las medidas para identificar el agente del foco infeccioso y resaltó que le parecía “clave que las autoridades alemanas no se precipitan a dar información sobre el origen de la infección que no esté comprobada con análisis bacteriológicos.
¿El fondo de compensación será suficiente?
Por su parte, los ministros europeos de Agricultura –en reunión extraordinaria en Luxemburgo por “la crisis del EHEC”- ofrecieron compensar a los agricultores que hayan sufrido pérdidas con un fondo de 150 millones de euros para compensar en un 30 por ciento el valor de retirada de los productos afectados. El sistema sería por orden de llegada de las solicitudes de compensación: el que primero llegue, primero se sirve.
Aunque cálculos más exactos se esperan en los próximos días, sólo para los agricultores se calcula una pérdida de 200 millones de euros por semana; para los agricultores alemanes se estima unos 50 millones. A la explicación del comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, del método de cálculo de las compensaciones –basándose en una media del precio de las hortalizas en el mercado del período 2007 al 2010-, siguió la pregunta: ¿y qué pasa si no se puede compensar a todos? ¿No tendrá Alemania que aportar lo suyo para paliar un poco el daño?
Datos más exactos y una propuesta más afinada se espera para los próximos días; el pago a los horticultores damnificados podrá tardar todavía algunas semanas. Por lo pronto, la ministra española de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, declaró ya que "a España no le parece suficiente que se plantee el 30 por ciento del valor de retirada”.
Como fuere, así recalcó el comisario Dali, si bien hay que intensificar los esfuerzos para identificar el origen de la bacteria, estando la infección localizada, no hay motivo para los frenos a la importación de productos de horticultura. Las autoridades europeas prometieron también campañas informativas para que la población europea vuelva a comer con tranquilidad hortalizas, incluyendo los pepinos españoles.
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia