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Crisis de los refugiados: Merkel, bajo presión

23 de octubre de 2015

Este fin de semana entran en vigor nuevas leyes de asilo en Alemania, que podrían dar comienzo a la deportación en masa de refugiados sin permiso de estadía.

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Angela Merkel, canciller alemana, en el Parlamento.
Angela Merkel, canciller alemana, en el Parlamento.Imagen: Reuters/H.Hanschke

La crisis de los refugiados sigue estando en el centro del debate político en Alemania. Se percibe que el ánimo de la población podría revertirse en cualquier momento. Según un sondeo del Instituto de Demoscopía Allensbach, la mitad de los encuestados está muy preocupada sobre cómo se manejará la llegada masiva de refugiados, y la mayoría antepone los riesgos a las oportunidades que ésta podría significar.

¿Sólo cuestión de paciencia?

El partido populista de derecha Alternative für Deutschland (AfD) gana cada vez más adeptos con su posición en contra de la llegada de solicitantes de asilo, y cuenta con una aprobación de un siete hasta un ocho por ciento a nivel nacional. Los partidos CDU y CSU, por el contrario, van perdiendo aprobación, a pesar de que todos los otros partidos advierten sobre las tendencias de extrema derecha del AfD.

En vista de la llegada de otras decenas de miles de solicitantes de asilo a través de la ruta de los Balcanes, la presión sobre el Gobierno alemán va en aumento. Pero Angela Merkel pide paciencia hasta que la política europea de asilo se reordene. Sin embargo, no parece poder avanzar a nivel europeo en ese sentido. Todavía no hay consenso acerca de un reparto equilibrado y duradero de los refugiados entre los países miembros de la Unión Europea (UE). Este domingo se debatirá sobre el tema, y sobre la situación en los Balcanes Occidentales, en la tercera cumbre extraordinaria de la UE.

Una señal para tranquilizar los ánimos

El panorama se complica, e incluso en países que dan el ejemplo recibiendo a cantidades enormes de refugiados el mensaje es claro: el primer ministro sueco, Stefan Löfven, dijo que su país está llegando al límite de sus posibilidades, según informa el periódico alemán Handelsblatt. Al igual que en Alemania, en Suecia se están incendiando intencionalmente albergues preparados para recibir a los refugiados. Este cambio en la predisposición de la población es el motivo por el cual el paquete de medidas que resolvieron el Parlamento y el Consejo alemanes, que contiene reformas estrictas al derecho de asilo, no entrará en vigor el 1º de noviembre, como se planeaba, sino unos días antes. Se trata, sobre todo, de una señal para tranquilizar los ánimos, como lo insinuó el viernes el ministro de la cancillería de Merkel, Peter Altmaier, en una entrevista a la cadena ARD.

Flüchtlinge Deutschland
Imagen: Reuters/F. Bensch

Se acelera la expulsión de refugiados sin permiso

El paquete de reformas contiene, de hecho, cambios fundamentales. Bajo el título de “Protección a refugiados por motivos políticos pero no a inmigrantes por razones económicas”, todos los países de los Balcanes Occidentales son declarados “seguros”. Desde ellos siguen llegando a Alemania miles de personas -sobre todo, en los últimos días, de Albania- que ya no tendrán derecho a solicitar asilo en este país.

Paralelamente, se planea comenzar con la deportación de refugiados cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas. En este momento viven aproximadamente 190.000 personas en esa situación en Alemania, de los cuales 140.000 tienen el estatus de “tolerados”, pero unos 50.000 deberían, según las reformas, ser deportados de inmediato a sus países. El problema es que los refugiados ahora pueden ser mantenidos hasta seis meses en los centros de acogida para ser deportados directamente desde allí, ya que los lugares libres en los albergues se necesitan urgentemente para poder ofrecer un techo a los que sí tienen perspectivas de quedarse. Asimismo, el Gobierno alemán espera que, al no recibir ya dinero en efectivo, sino solo lo necesario para la subsistencia, los refugiados desistan de permanecer en Alemania.

Si la nueva ley entra en vigor este fin de semana se podrá comenzar con las deportaciones. Pero aún hay varios problemas que resolver. Cientos de solicitudes de asilo esperan a ser procesadas, por lo cual se planea abrir miles de nuevos puestos en la Oficina de Migraciones. En algunos estados federados ni siquiera es posible registrar la llegada de los refugiados, un trámite que puede tardar varios meses. Angela Merkel cuenta, a pesar de lo complejo del panorama, con el apoyo del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien asegura que la canciller “no deja que las encuestas la hagan cambiar de rumbo”, y está satisfecho de contar con una aliada europea como ella, que “posee la suficiente perseverancia y capacidad de resolución como para enfrentar un desafío de esta naturaleza”.