Crece el temor ante la tensión religiosa
16 de noviembre de 2004
Holanda está viviendo una pesadilla que hace palidecer su fama como ejemplo de nación integradora. Tras el asesinato del director de cine Theo Van Gogh , actos de violencia religiosa contra mezquitas, iglesias y escuelas se han sucedido en los últimos días. La amenaza de que el fenómeno se propague está también presente en los países vecinos, sobre en este día, designado por la ONU como Día Internacional de la Tolerancia.
Miedo en Alemania
La clase política alemana teme ser contagiada con estos sucesos de violencia religiosa, sobre todo con el temor añadido de revivir "un pasado no tan lejano". Varios políticos se pronunciaron mostrando su inquietud al respecto.
“Holanda esta en todas partes”, manifestó Dieter Wiefelspütz, experto en política interior del Partido Socialdemócrata. Wiefelpütz exhortó además a la comunidad musulmana a distanciarse de la violencia. Por su parte, el ministro del Interior, Otto Schily, recomendó prudentemente que no cunda el pánico y alabó los éxitos de la política alemana de integración. Schily calificó la nueva ley de inmigración como el principio de una política sistemática de esta materia.
Integración deficiente
Sin embargo, Los Verdes criticaron la integración en Alemania calificándola como deficiente, como también lo es la nueva ley de inmigración: "La nueva ley se dirige a los inmigrantes que están recién llegados en el país y no a los que ya residen. Lo más importante es que las siguientes generaciones de inmigrantes que crezcan en Alemania aprendan la lengua a su debido tiempo", dijo Volker Beck, jefe del grupo parlamentario de Los Verdes. El político abogó en este sentido por un año obligatorio en el jardín de infantes para “evitar la deficiente integración antes de ir a la escuela”.
Y no son pocas las iniciativas que han salido de los políticos alemanes. Algunos piden el cese de la "importación" de imanes del extranjero y subrayan la necesidad de contar en las mezquitas con líderes religiosos educados en el país que conozcan la cultura alemana y fomenten la integración. Annette Schavan, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), exigió incluso que los sermones de las mezquitas se hagan en alemán como mecanismo de control ante el extremismo.
También la posibilidad de un control estatal en cuanto a la enseñanza de la religión islámica se barajó entre los políticos alemanes. "Será una carga financiera para los estados, pero es necesario", manifestó Hartmut Koschyk, experto en política interior de la CDU.
¿Todos de acuerdo?
Los líderes musulmanes de Alemania, como el presidente del Consejo Central de los Musulmanes, Nadeem Elyas, vieron con buenos ojos las intenciones de los políticos calificando sus ideas como un camino a la integración. Elyas se mostró escéptico ante la obligación de explicar la doctrina en alemán pero consideró que la tendencia de la comunidad musulmana en Alemania debería ir en ese sentido.
El líder musulmán también abogó por la educación de los imanes en la sociedad alemana. Elyas, sin embargo, quitó importancia a la radicalización de las diferencias religiosas en Alemania, alegando que en el país la situación es distinta que en Holanda. En definitiva, todos de acuerdo en cuanto a la integración, pero con un pequeño problema: ¿cómo conseguirla a gusto de todos?