Vacunas contra COVID-19: “No todos pueden fabricarlas”
6 de mayo de 2021En entrevista con DW, el Dr. Jerome Kim, director general del Instituto Internacional de Vacunas de Seúl, en Corea del Sur, habló sobre el "nacionalismo de las vacunas”, los retos de conseguir que las vacunas contra el COVID-19 lleguen a todo el mundo y lograr la inmunidad colectiva mundial.
DW: ¿Por qué hay escasez de vacunas contra el COVID-19 en algunos lugares y no en otros?
Jerome Kim: Se puede decir que hay escasez de vacunas en la mayoría de los países del mundo, con algunas excepciones. Si las vacunas estuvieran más disponibles, los países de todo el mundo estarían más avanzados en la vacunación.
¿Qué le preocupa de los intereses financieros de las farmacéuticas que no comparten o abren su propiedad intelectual sobre las vacunas?
El instituto apoya firmemente las vacunas seguras y de bajo costo en todo el mundo. Pero no todas las organizaciones pueden hacerlo, y si eres una empresa, vas a tener que generar ganancias. No hay fabricantes de vacunas sin ánimo de lucro que tengan éxito.
Con estas salvedades, creo que es fácil decir que deberíamos abrir las patentes a todo el mundo. Creo que la verdadera pregunta es: ¿seremos capaces de sacar la mayor cantidad de vacunas de alta calidad que se necesita lo antes posible si simplemente abrimos los libros de todas las patentes?
Incluso si nos dieran la secuencia de ARN de la vacuna, no nos ayudaría a fabricarla, porque, en el caso de las vacunas en particular, hay una gran cantidad de conocimientos técnicos.
Y también hay que tener en cuenta cómo se fabrican las vacunas. Las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech tienen una capa de lípidos. Ese recubrimiento graso es el secreto. Y si la compañía lo regalara, habría otro problema: ese también es el secreto de sus otras vacunas.
¿Cree que los gobiernos pueden presionar a las empresas farmacéuticas para que compartan la tecnología de las vacunas? ¿El costo de prolongar la pandemia supera las ganancias?
Desde una perspectiva humanitaria, esto es un desastre. Tenemos tres millones de muertos, y si solo vacunamos a los países de altos ingresos, habrá 6 millones, según un estudio de la Fundación Gates. También sabemos que los países de altos ingresos se están perjudicando a sí mismos al no ser más equitativos en la distribución de las vacunas. Hay otras formas de hacerlo.
El tratado sobre pandemias que está elaborando la OMS debería tener una redacción específica sobre el acceso y la asequibilidad, y la capacidad de transferir esa tecnología de manera que beneficie a la salud mundial, y también proteja a las empresas en cierta medida, porque mucho de esto es posible gracias a la innovación.
Lo último que se quiere es que una empresa diga: "Bueno, no vamos a participar porque se va a tomar nuestra nanopartícula, que queremos usar para el cáncer, que creemos que es un mercado de miles de millones de dólares, y la usarán para esta vacuna que al final nos van a confiscar". Si sientan un precedente equivocado, podrían tener un efecto realmente escalofriante en nuestra respuesta a una próxima pandemia. Necesitamos que se transfiera la tecnología de las vacunas.
¿Cómo se puede aprovechar mejor la capacidad de producción de vacunas en todo el mundo?
Uno de los aspectos más notables de nuestra respuesta a esta pandemia es no solo la velocidad de desarrollo de las vacunas, sino la voluntad de los desarrolladores de distribuir la fabricación en todo el mundo. Es casi inaudito que las grandes empresas de vacunas fabriquen vacunas de otros.Y eso es importante.
Empresas como AstraZeneca están hablando con una empresa india, una brasileña y una coreana. Por lo tanto, la vacuna de AstraZeneca se está transfiriendo a muchos de los principales fabricantes de vacunas de todo el mundo. Ir a empresas que tienen un historial conocido de fabricación de vacunas en gran cantidad y calidad es realmente fundamental porque las vacunas son biológicas.
Podrían darte la vacuna, pero no podrías fabricarla en cualquier parte. Se requiere toda una serie de pasos para garantizar que cada lote de este producto biológico sea igual al anterior, de modo que la eficacia declarada se repita una y otra vez, por el lote actual y por los lotes futuros. Y ese es un nivel de calidad realmente importante. No todo el mundo puede fabricar una vacuna. A muchos países les gustaría que las vacunas se fabriquen dentro de sus fronteras, y creo que es un buen objetivo a mediano y largo plazo. Lo más importante ahora es que las vacunas sean seguras y eficaces.
(ct/er)