Costa Rica: hacia una anómala segunda vuelta
5 de abril de 2014“Johnny Araya ha hecho un malísimo favor a la democracia costarricense habiéndose retirado de la segunda vuelta electoral. Me parece un poco indigna su posición”, dice a DW Manuel Alcántara, politólogo, catedrático de la Universidad de Salamanca. Por eso, con un candidato ausente, desde ya se sabe que Luis Guillermo Solís, el candidato del Partido de Acción Ciudadana (PAC), será el vencedor de las presidenciales de Costa Rica.
Sorpresas y anomalía
“Ganará de manera anómala. En los últimos 30 años, en Latinoamérica es la primera vez que se da algo así. Sucedió algo similar con Kirchner y Menem en el año 2003 en Argentina, pero no fue necesaria la celebración de la segunda vuelta”, sigue Alcántara. Según el experto, Solís va a “ganar de una manera muy triste”.
Estas elecciones no han escatimado en sorpresas en el pequeño país centroamericano. Si en la primera vuelta, el 2 de febrero, nadie se esperaba que el candidato del PAC se impusiera (30,4% de los votos), menos podía nadie imaginar que Johnny Araya, candidato del oficialismo, se retirase de la contienda electoral por falta de perspectivas de ganar.
Por otro lado, aunque el izquierdista Frente Amplio (FA) no conquistó todo el éxito que le vaticinaban las encuestas, se convirtió en la tercera fuerza del país.
¿Hacia la izquierda?
Así, al parecer, de no haber otras sorpresas, dos períodos consecutivos de mandato del Partido Liberación Nacional (PLN) llegarían este 6 de abril. Después del segundo mandato de Óscar Arias (2006-2010) y el de Laura Chinchilla (2010-2014) -la primera mujer en llegar a la presidencia costarricense- , “hay un cansancio del electorado que se plasmó en el surgimiento de un candidato de izquierda, que además obtuvo el mejor resultado de la historia de la izquierda en Costa Rica”, dice Alcántara.
No obstante, en su opinión, no se podría decir que el país haya optado por un avance hacia la izquierda en el espectro político-partidista. Se trata más bien de un reposicionamiento hacia la derecha del PLN. Y una toma del relevo socialdemócrata del PAC.
Efectivamente, “no es posible afirmar que la votación del FA se origina en una posición ideológica clara: la mayoría estaba expresando descontento con la situación actual y simpatía por un candidato con cierto carisma en los votantes más jóvenes. No se está moviendo hacia la izquierda en términos como se entiende en Latinoamérica, lo que sí hay es un cambio hacia lo que han representado el PLN y el conservador Partido Unión Social Cristiana”, dice por su parte a DW Manuel Rojas Bolaños, investigador de la FLACSO en Costa Rica.
Reubicación partidista
“El PLN es un partido que ha sido sólido, pero que ya venía arrastrando una serie de problemas en los últimos tiempos. Es un partido que viene de la tradición socialdemócrata laitnoamericana, pero que ya a partir de finales de la década de los 80 y coincidiendo con la primera presidencia de Óscar Arias empezó a tener un giro hacia el centro y centro derecha del espectro político”, afirma el catedrático español, autor de una amplia bibliografía en sistemas políticos latinoamericanos.
Para las elecciones del 2002, miembros del PLN se marcharon de este partido y, ya en el PAC, “retomaron algunas de las proclamas históricas del PLN: el papel del Estado, cierta soberanía nacional. Esto marcó claramente la ubicación del PLN en la centro-derecha, algo que se agudizó más en las elecciones del 2006 que dieron paso a un referéndum sobre el tratado de libre comercio que ganó el gobierno por muy poco margen”.
Descontento acumulado
Así las cosas, Costa Rica llega a la segunda vuelta de estas presidenciales con un “descontento acumulado contra la ineficiencia del sector público, contra el ejercicio muy vertical del poder político y contra la tolerancia hacia la corrupción”, afirma Rojas Bolaños. Y aunque los analistas cuentan con un aumento del abstencionismo, no ven en ello el peligro de que el proceso democrático pierda legitimidad.
“Además”, concluye Rojas Bolaños, “mucha gente va a ir a votar porque está muy molesta con esta renuncia todavía no explicada del todo del candidato del PLN. Hay una molestia por este abandono del campo, sobre todo de votantes de Araya que no eran del PLN, pero que votaron por él asustados por la posibilidad de que el FA llegara a la segunda vuelta e incluso al poder. Es decir, hay un porcentaje importante de gente que no votaría por el PLN y estaría más proclive a votar el domingo por Guillermo Solís”.