Coronavirus: lo que falló en Austria al inicio de pandemia
13 de octubre de 2020Omisiones, retrasos, ocultamiento, y una cadena de errores de autoridades, que llega incluso hasta el canciller Sebastian Kurz. Una comisión independiente dio a conocer en Insbruck su informe sobre el caso de Ischgl.
En 287 páginas, el reporte documenta las fallas que llevaron a esa localidad a convertirse en un foco de contagios, desde donde el coronavirus se esparció en todas direcciones. Y vuelve a plantear una pregunta que desde hace tiempo flota en el aire: ¿quién asume la responsabilidad política por el desastre?
Hasta ahora, el gobierno de Tirol ha tratado de esquivarla. "Las autoridades lo hicieron todo correctamente”, afirmó el ministro de Salud tirolés, Bernhard Tilg, reiteradamente, el 16 de marzo de 2020.
Habían pasado entonces tres días desde que miles de turistas escaparan de la cuarentena abandonando Ischgl en estampida. Desde allí se propagó el virus a 40 países del mundo.
Durante el verano, el jefe del gobierno regional tirolés, Günther Platter, cambió un poco la actitud y reconoció errores, pero aseguró que todas las decisiones se habían tomado en concordancia con lo que se sabía.
Comunicados de prensa falsos
El interés internacional en el tema es grande, ya que Ischgl se ha convertido entretanto en ejemplo de los errores cometidos en el combate contra la pandemia durante su primera fase. Este lunes, (12.10), más de 35 periodistas austriacos y extranjeros acudieron a la presentación del informe. El presidente de la comisión, Ronald Rohrer, presentó una línea de tiempo que comienza con los primeros reportes sobre turistas islandeses contagiados.
Rohrer y sus cinco colegas indicaron que en esta fase hubo graves errores en el manejo de la crisis. Reprocharon que los comunicados de prensa de Tirol fueron "falsos”, que la reapertura temporal de un local donde festejaban los esquiadores fue equivocada y que la decisión de cerrar los andariveles o telesillas el 13 de marzo fue tardía.
Fuga en botas de esquí
Un reporte de un testigo presencial da cuenta del caos que se produjo ese viernes 13 de marzo. Algunos turistas corrieron con sus botas de esquí puestas a los autos, para escapar de la cuarentena. El canciller Sebastian Kurz la anunció en una conferencia de prensa a las 14:15 hrs, pese a que no le correspondía hacerlo y a que la medida no había sido coordinada con las autoridades locales.
Según la comisión investigadora, eso supuso no solo un problema de facto, sino también uno legal. Además, el anuncio de Kurz "impidió un control epidemiológico sensato”.
Günther Platter rechaza las críticas y admite que hubo errores, pero involuntarios. "Todo giró siempre en torno a la salud de la población y los visitantes", aseguró.
Para la oposición tirolesa, eso no basta. "No debemos olvidar nunca que vino gente a hacer vacaciones donde nosotros y regresó a casa enferma; algunos murieron”, dice Markus Sint, miembro de un partido local. "Tenemos demasiado poco presente ese trauma”.
Sombrío horizonte invernal
Las víctimas todavía esperan una disculpa oficial. Y que renuncien los responsables. Pero hasta ahora todos se mantienen en sus cargos. Sin embargo, el asunto no ha terminado. Continúan las investigaciones y también se planean demandas civiles colectivas de indemnizaciones
Por otra parte, la pandemia continúa y Austria teme por su próxima temporada de esquí. Ya se han tomado precauciones, y se suspenderán las fiestas para los esquiadores. Además habrá obligación de utilizar mascarillas en los andariveles y se efectuarán tests de coronavirus regularmente al personal, en un intento por recuperar la confianza de los turistas.
Pero el horizonte se presenta sombrío en Tirol. Alemania, por ejemplo, ha emitido una advertencia de viaje, y eso preocupa mucho al sector turístico, por buenas razones: casi la mitad de los seis millones de visitantes que llegan allí en invierno proceden de Alemania.
(er/cp)