Coronavirus: ayudas récord que a veces no llegan

Los líderes mundiales están haciendo lo imposible para dar una robusta respuesta a los retos económicos impuestos por la pandemia del nuevo coronavirus. Se prevé que el programa de subsidios alemán (Kurzarbeit), que contempla una jornada reducida de trabajo hasta que remonte el negocio, salve del desempleo a 10 millones de trabajadores. Estados Unidos ha puesto en marcha una segunda ronda de cheques estímulo por valor de 1.200 dólares para ciudadanos con rentas medias y bajas. Por su parte, Reino Unido anunció que el programa de apoyo a trabajadores despedidos supondría 85% de sus salarios mensuales, una ayuda mayor incluso que la de Suecia. Sin embargo, la realidad para millones de personas es muy distinta. En Alemania, por ejemplo, los trabajadores independientes, especialmente los del sector creativo, se quejan de que no tienen derecho ni a la ayuda estatal destinada a las empresas ni a la de los trabajadores. Un reciente estudio encargado por el diario Welt am Sonntag estimó que por ese motivo 2,1 millones de alemanes están abocados a la ruina. 

"La ayuda de emergencia solo funciona hasta cierto punto", dijo al diario Rheinische Post la directora de la Asociación Federal de Artistas Plásticos, Dagmar Schmidt, quien aseguró que en regiones como Berlín y Renania del Norte-Westfalia "la ayuda se agotó rápidamente" y los que no la solicitaron rápidamente fueron rechazados por razones técnicas. 

Cuatro meses más de espera

Los cheques estímulo de Estados Unidos se demoraron unos pocos días para que el nombre del presidente Trump pudiera ser estampado en ellos. Aunque millones de personas ya han recibido el dinero en sus cuentas bancarias, quienes aguardan los cheques podrían tener que esperar hasta septiembre para recibirlos. El desempleo en Estados Unidos se disparó hasta los 36 millones de personas. Varios estados han luchado para manejar este inesperado y abrupto incremento con apoyo financiero. Según datos oficiales, Florida, por ejemplo, ha pagado a menos de la mitad de los 1,4 millones de personas que se registraron para recibir dinero por desempleo entre el 15 de marzo y el 12 de mayo. Dos abogados que solicitaron a una corte que fuerce a las autoridades de Florida a acelerar el proceso de gestión de las solicitudes por desempleo dicen que el "sistema está roto” debido a los profundos recortes en el sector público durante la pasada década.  

Las prestaciones sociales como única opción

Reino Unido, por su parte, se vio obligado a reconocer que su paquete de ayuda por la pandemia dejaba fuera a 4,7 millones de empleados independientes. Los ministros presentaron entonces un plan separado, que solo comenzará el desembolso a partir de junio y contempla a aquellos registrados fiscalmente hace más de un año. Solo esa norma dejará fuera a al menos 200.000 personas, por no hablar de quienes trabajan en la economía sumergida. 

La Universidad de Bristol señaló en un estudio reciente que solo durante la primera semana de abril, 25% de las familias ha perdido ingresos y solo dos tercios de ellos serían cubiertos por los planes previstos de ayuda por el coronavirus. El estudio calcula que 10% de las economías familiares británicas no tienen otra opción que acudir al sistema básico de prestaciones sociales. 

España: largas colas para conseguir alimentos

Ya antes de que comenzara la crisis, España tenía la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea. Desde que el país fuera declarado en estado de alarma el pasado 14 de marzo, la situación se ha recrudecido. Los españoles también sufren retrasos a la ahora de recibir la ayuda destinada a los trabajadores despedidos. Hasta tal punto que la Cruz Roja destinó 11 millones de euros para ayudar a 1,3 millones de personas con sus necesidades básicas, incluyendo alimentos y medicinas. 

La ayuda pública ofrecida por numerosos países es a menudo tan generosa que los gobiernos se ven obligados a extremar la vigilancia para prevenir el fraude. De hecho, hay estafadores que han clonado páginas web gubernamentales con el objetivo de obtener los datos de los solicitantes de ayuda y hacerse así con el dinero. Hay también algunas empresas sin escrúpulos que se ofrecen a ayudar a los trabajadores a pedir la ayuda a cambio de un importante comisión. 

Muchos observadores, incluyendo la ONU, se quejan de que la ayuda financiera para ayudar a las corporaciones y pequeñas y medianas empresas está sujeta a pocas condiciones. Según Olivier De Schutter, relator especial de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos, los gobiernos tendrían que haber puesto más exigencias a las empresas que reciben ayudas para proteger a los trabajadores. Solo Francia, Dinamarca y Polonia han puesto como condición para su ayuda financiera que las empresas no estén registradas en paraísos fiscales.

(ms/rrr)
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