Coronavirus: algunos países aún no reciben ninguna vacuna
9 de abril de 2021Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya se han administrado más de 600 millones de vacunas contra el coronavirus en todo el mundo, pero mientras en Gibraltar la tasa de vacunación se acerca ya al 100%, países como Nicaragua siguen esperando dosis. El Secretario General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, habló el martes en ese contexto de una "farsa" y dijo que hay que aumentar la producción mundial ydistribuir los productos de forma equitativa para superar la fase aguda de la pandemia.
Según el mapa mundial de vacunación, África sigue a la espera de las vacunas, desde Libia, en el norte, hasta Botsuana, en el sur. Esos países ni siquiera aparecen en los registros de vacunación de la OMS. La situación es similar en Asia Central y en países como Corea del Norte, Cuba y Bosnia-Herzegovina.
"Con respecto a África, la buena noticia es que 44 países ya han recibido la vacuna. A la inversa, por supuesto, esto también significa que diez países aún no han recibido ninguna vacuna", afirma en entrevista con DW Clemens Schwanhold, asesor político de la organización no gubernamental ONE. Entre ellos se encuentran países como Madagascar, Burundi y Eritrea y Tanzania, cuyos gobiernos creen en otros medios para luchar contra el virus.
COVAX, ¿una buena idea con poco impacto?
En interés de la salud mundial, las vacunas deben utilizarse para lograr la inmunidad de rebaño contra el coronavirus en los rincones más remotos del mundo. Mientras el virus siga encontrando nuevos huéspedes sin protección, puede seguir mutando y, posiblemente, volverse resistente a las vacunas actuales en algún momento.
"No estamos seguros hasta que todo el mundo esté seguro", fue el mantra sobre las consideraciones principales para una campaña mundial de vacunación voluntaria. Con ese espíritu se fundó la iniciativa COVAX: los Estados miembros de la OMS se dividieron en 98 países más ricos y 92 más pobres. Para estos últimos, las vacunas están fuertemente subvencionadas o se ofrecen gratuitamente con fondos del primer grupo. Alemania es uno de los mayores contribuyentes del programa COVAX, con casi 1.000 millones de euros.
"El problema es que no hay muchas dosis de vacunas disponibles, porque, por ejemplo, la UE y EE. UU. ya se han asegurado la mayor parte de estas", dice a DW Sonja Weinreich, responsable de temas sanitarios de la organización Pan para el Mundo (Brot für die Welt). "En ese sentido, este mecanismo no ha funcionado realmente, porque esa solidaridad no existe en absoluto", revela.
¿Serviría de algo liberar las patentes de las vacunas?
Para remediar la situación, una gran alianza de organizaciones de ayuda y otros grupos está pidiendo la suspensión de las patentes de las vacunas contra el coronavirus. "Así, los países más pobres o todas las empresas del mundo que fabrican vacunas podrían hacer lo mismo. Pero eso tendría que ir acompañado de la correspondiente transferencia de tecnología", explica Weinreich. Pan para el Mundo también se ha sumado a la demanda. Uno de los argumentos, según esa organización, es que las vacunas también deberían desarrollarse y producirse, en parte, con dinero público.
Sin embargo, las vacunas contra el coronavirus son productos de alta tecnología que no pueden ser producidos tan fácilmente por cualquier fabricante de medicamentos. Por lo tanto, actualmente el problema no es debido a las patentes, según la industria farmacéutica. Nathalie Moll, directora general del grupo de lobby paneuropeo EFPIA, aclara que "cuando una empresa se pone en contacto con otra para ampliar la producción de vacunas, hay que transferir una gran cantidad de conocimientos técnicos para poder producir estas vacunas de forma segura y eficiente en las cantidades necesarias. Se trata de mucho más que solo propiedad intelectual". Ya se han concedido más de 250 licencias en todo el mundo para ampliar la producción, señaló en entrevista con DW.
¿Es realista la promesa de COVAX?
Sin embargo, precisamente India, tan importante para el suministro mundial, ha restringido recientemente la exportación de la vacuna. El gobierno quiere primero suministrar las dosis a su propia población. Estados Unidos también ha impuesto una prohibición casi total de las exportaciones. La UE, en cambio, ha permitido hasta ahora las exportaciones a los países más pobres.
No obstante, tanto Sonja Weinreich como Clemens Schwanhold son optimistas en cuanto a la posibilidad de alcanzar el objetivo principal de la iniciativa COVAX: para finales de este año, al menos el 20% de la población de los 92 países receptores también debería estar vacunada, incluidos los grupos de alto riesgo y los trabajadores sanitarios.
(ct/cp)