Corazones (re)partidos
14 de junio de 2006Michael Ballack es la gran estrella de la selección germana. Pero el corazón de las chicas alemanas pertenece, mayoritariamente, a otro: Lukas Podolski, el gran ídolo de las adolescentes. En el juego contra Polonia, este jovencito que suele lucir una amplia sonrisa y hacer temblar a los arqueros rivales, no cantará los himnos nacionales. "Ciertamente es una situación muy especial y de seguro da una sensación extraña que resuene primero la canción nacional polaca y luego la alemana", dice. "Poldi", como lo llaman sus admiradoras e hinchas, nació en 1985 en Silesia y tiene ambas nacionalidades. Aunque conoce los dos himnos, prefiere no entonar ninguno. "En ambos países me siento en casa", explica.
Comunicación sin palabras
También su compañero Miroslav Klose, otra de las grandes figuras atacantes de la selección alemana, tiene raíces polacas. Nació en la localidad de Opole, en la alta Silesia. De vez en cuando conversa con "Poldi" en polaco, pero se propuso no hacerlo este miércoles, durante el partido. Es mejor que los rivales no entiendan todo cuando los delanteros tramen una jugada. Por otra parte, ambos se entienden sin necesidad de hablar. "Hemos jugado tantas veces juntos que no se necesitan muchas palabras", asegura Podolski.
El entrenador nacional, Jürgen Klinsmann, cuenta con que los dos goleadores estén especialmente motivados en esta oportunidad. Y ellos se muestran dispuestos a confirmarlo: "Quisiera marcar mi primer gol y como siempre apretaré el acelerador para que ganemos", afirma Poldi. Su deseo: que Alemania gane su grupo y Polonia quede en segundo lugar, de manera que también pase a los octavos de final.
Orgullo polaco
Podolski sigue teniendo contacto con el país en que nació. Dos o tres veces al año visita a su abuela Zofia, que tiene 73 años y vive en Gleiwitz. Ella no se entusiasma demasiado con todo el barullo en torno a su nieto pero, de todas maneras, ha prometido cruzar los dedos para que gane Alemania. El padre de Poldi, Waldemar, fue el que emigró en 1987 a Alemania, con su familia, en pos del sueño de jugar fútbol profesionalmente.
También el padre de Miroslav Klose fue futbolista. Su madre, Bárbara, perteneció a la selección polaca de handball. "Miro" llegó a Alemania con 8 años de edad y todavía tiene tíos en Polonia, a los que visita con gusto. En Polonia, en todo caso, la gente está orgullosa de ambos delanteros de la selección alemana.