¿Controles fronterizos pese a Schengen?
20 de marzo de 2018¿Cómo funciona Schengen?
El Acuerdo de Schengen lleva el nombre de una ciudad fronteriza luxemburguesa, donde se firmó el pacto. Desde 1995, básicamente hay libertad de tránsito para quienes viajen entre los países firmantes. Solo se controlan las fronteras externas. En principio, no hay revisiones ni aduanas entre los estados. Esto es práctico para los ciudadanos de los países participantes, pero también es beneficioso para el libre flujo de mercancías, lo que impulsa la economía. Por ello, Schengen es una precondición si lo que se busca es un mercado interior europeo operativo y un logro para los habitantes del continente.
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¿Quién participa del acuerdo?
El espacio Schengen no es idéntico al de la Unión Europea. Por un lado, desde un comienzo Reino Unido (que ahora se va de la UE) e Irlanda se manifestaron en contra de participar del Acuerdo, mientras que Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein , que no forman parte de la UE, sí son miembros de Schengen, que en total abarca 26 países. Hay algunos estados de la UE que aplican Schengen solo de forma parcial, como Rumania y Bulgaria. Les gustaría formar parte, pero no pueden, porque ciertos miembros de la UE argumental que allí falta trabajar más en la lucha contra el crimen y la corrupción.
¿Qué restricciones hay?
Si un país del Acuerdo ve su orden público o su seguridad interior amenazada, puede volver a controlar sus fronteras hasta por seis meses. Por ejemplo, en el punto álgido de la crisis de los refugiados en el otoño de 2015, Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega retomaron el control fronterizo, pues consideraron que la protección de las fronteras exteriores no estaba garantizada y querían evitar la inmigración ilegal. Pero Alemania y otros países también apelaron a razones de seguridad, pues con ese argumento sobre la mesa, la Comisión Europea, que es la instancia que podría poner término a los controles, se ve impedida de intervenir.
¿Qué controles se llevan a cabo hoy?
Alemania realiza controles transitorios solo en la frontera con Austria, en tres autopistas, y de forma aleatoria en otros puntos fronterizos. Según datos del Ministerio del Interior, el año pasado fueron atrapados 16 mil inmigrantes ilegales en la frontera con Austria. Siete mil personas fuera expulsadas del país por no tener un permiso de residencia, carecer de pasaporte o no buscar protección como refugiados en Alemania. En cualquier caso, no caben dudas de que no es una protección eficaz: todos los meses entran a Alemania entre 10 mil y 15 mil personas de países extracomunitarios sin documentos válidos. Si vienen de un país considerado "seguro", podrían ser deportados.
¿Qué quiere el Gobierno federal alemán?
La actual presidencia de la UE está en manos de Bulgaria, que llamó en febrero a Alemania y otros cuatro países a levantar rápidamente los controles fronterizos dentro de la Unión. La Comisión Europea quiere lo mismo, pero el Gobierno Federal desea mantenerlos, aunque sea de forma provisional. El ministro de Interior, Horst Seehofer, dijo en ARD: "Los controles en las fronteras interiores deben realizarse mientras la Unión Europea no sea capaz de controlar y proteger efectivamente las fronteras exteriores. Y no veo que en el futuro eso vaya a ocurrir”. Poco después un portavoz del Ministerio del Interior dijo, sin embargo, que no se trata de una extensión indefinida, pues eso violaría la legislación comunitaria.
¿Qué dicen los críticos?
"Esto tiene enormes consecuencias económicas y de derechos civiles para Europa", dice el líder de Los Verdes, Robert Habeck. "Deberíamos trabajar para reabrir las fronteras y mantener la libertad de viajes en Europa en vez de jactarnos de mantenerlas bloqueadas más tiempo", agrega. La política de La Izquierda Ulla Jelpke incluso dirige sus dardos a Seehofer: "Uno se pregunta si el ministro pertenece a la Unión o a AfD". Representantes de las empresas también advierten de problemas para el comercio. "Controles fronterizos más estrictos limitan la libre circulación de bienes y servicios y encarecen el costo de producción en Europa", dice el presidente de la Confederación Alemana de las Cámaras de la Industria y el Comercio, Eric Schweitzer.
¿Cuál es el objetivo?
Los controles fronterizos no son un objetivo en sí para el Gobierno alemán. Berlín reconoce la importancia de Schengen como símbolo de la libertad de viaje y de comercio dentro de Europa. Por lo tanto, los controles no deben durar mucho tiempo más del necesario. El objetivo primordial es la protección de las fronteras exteriores. Y Alemania quiere colaborar con ello. Manfred Weber, jefe de fracción del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo, pidió en una entrevista con el diario Die Welt una policía europea de fronteras. "La principal tarea es combatir las bandas de traficantes. Para eso necesitamos una verdadera policía fronteriza, con 10 mil agentes y no 1.500 como ahora, equipados con helicópteros, aviones y barcos", sostuvo. Weber también defendió al jefe de Gobierno húngaro, Viktor Orban. Hungría se ha preocupado de que se aplique la ley Schengen en la frontera exterior y medidas como la construcción de una cerca con Serbia no merecían críticas, sino apoyo, sostiene. Fuera de las fronteras se deben erigir campamentos donde se aclare quién puede ingresar a Europa y quién no. Weber es, como Seehofer, político de la Unión Cristianosocial (CSU).
Autor: Christoph Hasselbach (DZC/EL)
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