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Condenan a ex-jefe policial por masacre en Guatemala

20 de enero de 2015

La sentencia se refiere a la quema de la embajada de España en Guatemala, hace 35 años. Pedro García Arredondo fue condenado a 90 años de prisión. La fiscalía pedía una pena de más de 1.200 años de cárcel.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Un tribunal guatemalteco de alto riesgo declaró culpable a un ex-jefe policíaco por el asesinato de 37 personas durante la quema de la embajada de España el 31 de enero de 1980, hace 35 años, y lo condenó "por unanimidad" a 90 años de prisión.

Se trata de Pedro García Arredondo, de 69 años, quien desde 1977 dirigía el temido escuadrón de la Policía Nacional (PN) conocido como "Comando Seis", un cuerpo de élite de reacción al que se le atribuyen cientos de desapariciones forzadas y asesinatos de sindicalistas y estudiantes y profesores universitarios.

El fallo fue dictado por el Tribunal B de Mayor Riesgo la noche del lunes, después de que por la mañana escuchó la declaración del acusado, quien insistió en su inocencia.

Audiencia tumultuosa

"Asesino, asesino", gritaron en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, donde se celebró la audiencia, decenas de familiares de las víctimas y activistas humanitarios luego que se dictara la sentencia.

La Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, quien desde diciembre de 1999 accionó ante la Audiencia Nacional española la demanda de justicia universal por este caso y otras atrocidades atribuidas a jefes militares y civiles del Estado guatemalteco en los años 70 y 80, se manifestó complacida por el fallo condenatorio.

"La sentencia condenatoria es muy importante, porque hace 16 años iniciamos la querella (ante la Audiencia Nacional española, en 1999) y la verdad, hay que decir, que estamos agotados, con audiencia tras audiencia; es algo muy difícil, sin embargo estamos muy contentos", dijo la dirigente indígena guatemalteca tras escuchar el veredicto.

Por su lado, el ex-jefe policíaco condenado conservó la cordura y se limitó a manifestar su desacuerdo por considerar que el fallo "es injusto".

García Arredondo enfrentó en solitario el juicio porque otros acusados por este hecho, como el entonces presidente de Guatemala, general Romeo Lucas (1978-82), ya murieron, o permanecen prófugos, como el ex-ministro de Gobernación (Interior), Donaldo Alvarez.

García Arredondo ya cumple una condena de 70 años dictada en 2012 por el secuestro y desaparición de un estudiante universitario en 1980.

Decenas de víctimas

Por el caso de la embajada de España, la fiscalía había pedido 1.240 años de prisión contra el acusado, incluyendo 30 años por cada una de las 37 víctimas, pero el tribunal resolvió unificar las penas -40 años por las víctimas en la embajada y 50 por el asesinato de dos estudiantes universitarios- en una condena total de 90 años de cárcel.

"El acusado es responsable por el delito de asesinato de las 37 víctimas que murieron en la embajada y del delito de asesinato en grado de tentativa de los señores Máximo Cajal y López (ex embajador español) y Gregorio Xuyá (sobrevivientes en el hecho)", declaró la jueza Sara Yoc, quien leyó la sentencia.

"La orden era que todos murieran", señaló la jueza Yoc al dar lectura a la sentencia citando a varios de los testigos presentados por la fiscalía en el debate que se inició el 1 de octubre de 2014.

La jueza también indicó que el tribunal llegó a la conclusión de que la explosión que originó las llamas en el interior de la sede diplomática fue causada por un cilindro de gas que un "agente cercano" a García Arredondo llevó al lugar, y no, como alegó la defensa, por bombas tipo molotov que portaban los ocupantes.

Secuelas de la masacre

En la tragedia sobrevivieron el embajador español Maximo Cajal y López y el campesino Gregorio Xuyá. Este último, con graves quemaduras, fue secuestrado por hombres armados de un hospital privado y posteriormente su cuerpo, con señales de torturas, fue lanzado frente a la Rectoría de la autónoma Universidad de San Carlos.

Durante la quema de la embajada española murió el padre de Menchú, Vicente, quien era un dirigente campesino. Junto a otros campesinos y estudiantes universitarios habían resuelto tomar la embajada de España para denunciar las matanzas de civiles indefensos en las montañas del departamento de Quiché (norte de Guatemala), a manos del ejército.

EL(dpa, efe)