Condena internacional por asesinato de Ko Ni
30 de enero de 2017Este lunes (30.1.2017), varias organizaciones birmanas e internacionales condenaron el asesinato de Ko Ni, consejero de la Liga Nacional para la Democracia –el partido de la Nobel de la paz –, que gobierna la República de la Unión de Myanmar desde 2016. El célebre abogado, miembro de la minoría musulmana de Birmania, murió este domingo (29.1.2017) al recibir dos disparos a quemarropa en la cabeza cuando salía del aeropuerto de Rangún. El hombre acusado de matarlo fue capturado cuando trataba de huir del lugar del suceso.
El presidente de Birmania, Htin Kyaw, dijo que el asesinato buscaba "amenazar la estabilidad del país”, instó a sus compatriotas a abstenerse de incurrir en actos de agitación, violencia o intolerancia religiosa y racial, y advirtió que las autoridades incrementarían las medidas de seguridad. Es poco probable que sus palabras tranquilicen a toda la población considerando la frecuencia con que las fuerzas de seguridad agreden a las minorías étnicas en las zonas rurales. Es precisamente por eso que el homicidio de Ko Ni sorprendió a los habitantes de Rangún.
Islamofobia rampante
En las ciudades, los personajes prominentes –aún los musulmanes– son menos vulnerables. Parlamentarios de la ASEAN por los Derechos Humanos, la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP) y el centro de reflexión International Crisis Group (ICG) destacaron el activismo de Ko Ni y advirtieron del peligro que supone su muerte para las aspiraciones democráticas del país. El diputado malasio Charles Santiago declaró que "el asesinato prueba la precaria situación en la que se encuentra Myanmar con la creciente intolerancia que amenaza el éxito de muchas reformas”.
Santiago es presidente de Parlamentarios de la ASEAN por los Derechos Humanos. "Existe un peligro real de que, en un contexto de fuertes sentimientos antimusulmanes, de discurso desenfrenado de odio en las redes sociales y de virulento nacionalismo budista, este crimen impulse otros y desencadene más violencia”, advirtió el ICG en otra nota de prensa. Las tres organizaciones aludidas coinciden en reclamar a las autoridades que actúen con rapidez y abran una investigación imparcial sobre el asesinato de Ko Ni, que fue "parte integral” del movimiento democrático birmano.
Sospechan que fue un crimen de odio
En su huida, antes de ser arrestado, el atacante de Ko Ni mató a un taxista que intentó detenerle. "Aunque el motivo de la agresión se desconoce en este momento, el asesinato tiene todas las trazas de un crimen de odio y supone una grave preocupación en un momento de intensas tensiones religiosas y comunitarias en Myanmar”, señaló ICG. La relatora de Naciones Unidas para Birmania, Yanghee Lee, que visitó el país asiático en enero de 2017, usó su cuenta de Twitter para expresar sus condolencias y reclamar al Ejecutivo de Suu Kyi que lleve a los responsables ante la justicia.
Birmania estuvo regida por Gobiernos militares desde el golpe de Estado del general Ne Win, en 1962, hasta 2011, cuando comenzó un período de transición que le permitió al movimiento democrático dirigido por Suu Kyi ganar las elecciones de 2015 y gobernar al año siguiente. A pesar del cambio, las Fuerzas Armadas birmanas mantienen el control de los ministerios de Defensa, Interior y Asuntos Fronterizos, y un 25 por ciento de los escaños en las cámaras legislativas, entre otros privilegios que contempla la Constitución de 2008. De Ko Ni se dice que se esforzó por democratizar la Constitución heredada de la época de las juntas militares.
ERC ( EFE / AP )