"Compre ahora y pague después", un servicio en auge
11 de enero de 2023"Compre ahora y pague después”, un mensaje que se está popularizando en internet. Comprar a crédito no es algo nuevo. De hecho, mucho antes de que existieran las tarjetas de crédito ya se usaba la opción de pago diferido, con la que los compradores pagaban por cuotas un producto que podían recoger una vez cancelado el valor total.
En los últimos tiempos, el aumento de compras por internet ha dado lugar a un auge masivo de las opciones de compre ahora y pague después (Buy now, pay later o BNPL, en inglés). Empresas como Affirm, Afterpay, Klarna, PayPal, Sezzle y Zip ofrecen este servicio, que cada vez se utiliza más para cubrir necesidades como la compra de alimentos o combustible para el coche.
El sistema de BNPL se basa en un viejo truco: sólo cuatro pagos fáciles. "Este ha sido un método probado durante mucho tiempo para aumentar las ventas", dice Rohit Chopra, director de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor en Estados Unidos. "Aunque los principales proveedores no se basan actualmente en el cobro de intereses, ganan dinero a través de las comisiones que cobran tanto a los vendedores como a los consumidores que no pagan a tiempo".
Sus declaraciones acompañan un informe de seguimiento del mercado, publicado por la agencia gubernamental con sede en Washington D.C., y que encontró una supervisión desigual a la prestación de estos servicios. El documento destaca también otros problemas relacionados con la protección al consumidor, resolución de litigios y protección de datos.
¡Cuidado con el exceso de compras!
La oferta más común de BNPL es la opción de "pago en cuatro plazos", es decir, un 25 por ciento en el momento de la compra y luego tres pagos, uno cada dos semanas. No hay costes adicionales para quienes usan el servicio, a menos que se salten un pago. Algunas empresas ni siquiera cobran recargos por mora. Las entidades crediticias obtienen la mayor parte de su dinero a través de las comisiones que cobran a los minoristas, que son más elevadas que los recargos tradicionales por procesamiento de tarjetas de crédito, entre el 2 y el 8 por ciento.
La mayor queja sobre los servicios BNPL es que incitan a comprar más. Cuando el precio de algo se divide por cuatro parece mucho más barato. Además, los usuarios pueden pedir el servicio al mismo tiempo a distintas fuentes y perder rápidamente la noción de lo que deben.
Defensores de consumidores piden más regulación
Ante el rápido crecimiento de estos servicios, defensores de los consumidores como la Oficina de Protección Financiera del Consumidor estadounidense piden más regulación. Creen que estas empresas deberían ser tratadas como operadores de tarjetas de crédito.
Penny Lee, directora general de la Asociación de Tecnología Financiera, un grupo del sector que representa a proveedores de pago diferido, tiene una visión más optimista.
"Tanto los consumidores como los comerciantes se benefician del sistema de compra ahora y paga después. Los consumidores recurren a él como alternativa flexible, sin intereses o con intereses bajos, a los productos de crédito tradicionales, y los comerciantes de todos los tamaños lo utilizan para llegar a nuevos clientes", dijo Lee en una declaración a DW.
"Buy now, pay later está regulado, con leyes federales y estatales clave de protección del consumidor en EE. UU. que salvaguardan a los consumidores que utilizan el servicio", agregó.
EE. UU., sin embargo, no está a la cabeza de esta tendencia del comercio electrónico, sino en el puesto 11 a nivel mundial, junto con Francia, Singapur, Malasia e Italia. En 2021, las transacciones de pago aplazado representaron el 4 por ciento de sus ventas nacionales en línea. En Suecia, sin embargo, fueron el 25 por ciento; en Alemania, el 20; en Noruega, el 18; en Finlandia, el 13. Les siguieron Dinamarca, Países Bajos, Australia, Nueva Zelanda, Bélgica y Reino Unido, todos por delante de EE. UU.
En general, el "compre ahora y pague después" solo representó el 3 por ciento de los pagos de comercio electrónico en el mundo en 2021, lo que deja margen para el crecimiento. Pero cualquier aumento de popularidad traerá reglas. Y puede que EE. UU. no esté a la vanguardia, pero sus decisiones regulatorias tendrán un gran impacto en cómo funcionan estas empresas en todo el mundo. (vo/rml)