Comentario: ¿acabó la crisis en Europa?
14 de agosto de 2013A primera vista, los últimos datos coyunturales son un alivio para muchos. Después del estancamiento en invierno, el aumento del consumo, de la inversión y de la demanda extranjera dio lugar a un crecimiento de un 0,7 por ciento de la economía alemana en el segundo trimestre de 2013, el mayor desde hace un año.
El dinamismo de la mayor economía de Europa, que influye positivamente en las economías vecinas, hace pensar que la recesión en Europa se está acabando. También Francia, la segunda economía más grande de la eurozona, sorprende con un crecimiento de 0,5 por ciento en el trimestre. Los expertos consideran que incluso los déficit de Italia y España son un éxito, dado que se sitúan por debajo de las cifras registradas en trimestres anteriores.
De esta manera, no es sorprende que la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, informe sobre el primer crecimiento económico de la zona euro desde hace un año y medio. La expansión de un 0,3 por ciento constituye la base para el mensaje principal: “La zona euro se está recuperando, en gran parte gracias a Alemania.”
Fundamento frágil
Todo eso puede ser cierto, pero una golondrina no hace verano. En realidad, el fundamento para un auge estable y sostenido del mercado europeo sigue siendo muy frágil. En Alemania por ejemplo, el Banco Federal Alemán y el Gobierno calculan que la economía, que depende de las exportaciones, va dejar de crecer al ritmo actual en la segunda mitad del año.
Se desaceleraría así la locomotora europea, en la que muchos depositan sus esperanzas. En Francia, igualmente, el crecimiento en el segundo trimestre no significa necesariamente el comienzo de un auge a largo plazo.
Riesgos en la economía mundial
A nivel global existen riesgos y peligros imprevistos que podrían impedir una expansión económica en Europa a largo plazo. Es verdad que en EE.UU. las perspectivas mejoran, pero al mismo tiempo, las economías de países emergentes, sobre todo en Asia, registran contracción. Esto, a su vez, entraña consecuencias negativas para la industria de exportación europea.
Tampoco es mejor la situación en Japón. La política monetaria expansiva del primer ministro, Shinzo Abe, que pretendía revitalizar la tercera economía del mundo mediante inyecciones masivas de liquidez, parece estar tornándose ineficaz.
Permanece la incertidumbre
No solo en las economías emergentes y Japón, sino también en Europa, muchos problemas siguen irresolutos. La mera expansión económica no salva a los presupuestos estatales de sus inmensas deudas. Igualmente permanece el desequilibrio estructural de los países de la zona euro en cuanto a la competitividad. La política de créditos fáciles del Banco Central Europeo conlleva a mediNo plazo el peligro de causar burbujas inflacionarias. Y esto no sirve como base para un auge estable y sostenido.
En conclusión, se reconoce un posible cambio de tendencia en Europa. Pero, así sea por mera prudencia, cabe preguntarse seriamente si los indicadores actuales desembocarán en un crecimiento duradero, y también si Alemania podrá permanecer como la locomotora de la economía europea.
Autor: Rolf Wenkel (pe)
Editor: Enrique López