Colonia–Río: carnaval y buen uso de desechos
26 de octubre de 2013
El hermanamiento de ciudades no sólo ha servido para que las escuelas de una urbe y otra hagan intercambio de estudiantes. En poco tiempo, Colonia y Río de Janeiro tendrán más en común que sus vistosos carnavales. De cara a las Olimpíadas 2016, la ciudad alemana compartirá su know-how con la metrópolis brasileña para que ésta le saque provecho a los desechos reciclables que millones de turistas dejarán en sus calles.
La idea de establecer vínculos concretos entre localidades o regiones geográficamente distantes se llevó a la práctica por primera vez en la Europa de postguerra, con miras a fomentar el acercamiento cultural de pueblos muy diferentes y propiciar la cooperación. El intercambio tiende a ser más académico, político y humano que económico; pero también se le ha dado importancia a la transferencia de tecnologías y procesos.
Como muestra, un botón: en el marco de la hermandad que une a Colonia y a Río de Janeiro desde 2011, Alemania enviará a esa ciudad brasileña una unidad para el aprovechamiento de material putrefacto similar a la máquina de compostaje de la AVG de Colonia, la Sociedad para la Eliminación y el Aprovechamiento de Desechos. Dirigida por Christoph Busch, la AVG contribuye de esta manera a que la hermandad entre ambas urbes florezca bajo el signo de la conciencia ecológica.
Los pocos obstáculos son de tipo económico
“La instalación de esta unidad de compostaje sería un gran paso en la dirección correcta”, señala Busch, explicando que en los abundantes parques y áreas verdes de Río de Janeiro, desechos como los que quedan tras cortar árboles, por ejemplo, suelen ser depositados en los basureros tradicionales, en donde se pierde su potencial para ser reciclados. Con la máquina que Colonia enviará a Brasil se espera recuperar un 25 por ciento de los desechos “verdes”.
Colonia está hermanada con otras 22 urbes alrededor del mundo, de ahí que no pueda administrar sola proyectos de esta magnitud. Para consumarlo de aquí a 2016, la ciudad alemana cuenta con el apoyo de los sesenta miembros de una asociación civil para el fomento de la hermandad Colonia-Río; personas que desde hace mucho tiempo forman parte de redes de “amigos de Latinoamérica” y que conocen bien las características de Brasil.
Ese saber es una base importante para que no sólo haya transferencia de maquinarias, sino también de conocimientos. Busch insiste en que quiere enseñar a los brasileños cómo sacar provecho a lo que aparentemente es sólo basura. No obstante, sigue habiendo obstáculos económicos por superar para que los técnicos brasileños puedan viajar a Colonia para hacer lo cursos de rigor. Si todo marcha como ha sido planeado, Colonia recibirá un financiamiento de 500.000 euros para hacer posible este proyecto que la conecta directamente con Río de Janeiro.
Autora: Carolyn Wißing (ERC)
Editor: Diego Zúñiga