Colombia: la UE aportará su experiencia al proceso de paz
28 de enero de 2016La experiencia de la Unión Europea en procesos de paz –como el irlandés, el guatemalteco, el salvadoreño- y su futura acción en el colombiano está en primer lugar en la agenda, más aún ahora, cuando el negociador de las FARC, Luciano Marín Arango, y el Alto Comisionado para la Paz del Estado colombiano, Sergio Jaramillo, se reunieron virtualmente en el Parlamento Europeo junto con el enviado especial de la UE para Colombia, Eamon Gilmore, exministro de Exteriores de Irlanda.
La función de Gilmore será apoyar, en nombre de la UE, la implementación del proceso de paz colombiano y coordinar el apoyo de sus instituciones. La experiencia de su propio país –que firmó la paz en 1998 - es uno de los ases en la manga que tiene la UE.
“Puedo decirle a la gente en Colombia que los procesos de paz pueden funcionar y que, sí, hay que hacer concesiones. A veces hay cosas difíciles de aceptar y entender. Pero que si se logran de verdad, son mucho mejor para los habitantes del país”, dijo Gilmore a DW. La idea de que un excombatiente sea, de pronto, después de firmada la paz, por ejemplo, cabeza de un partido político es un trago amargo para algunos.
“Todo el mundo tiene su propia visión acerca del futuro de su país. Es la gran lección de la experiencia irlandesa: no se esperó de la gente que renunciara a su credo o a sus aspiraciones políticas, sino a perseguirlas a través de medios democráticos, a través de partidos políticos, de debates. Sin violencia y sin amenazar con ella. Creo que eso es lo que debe suceder en Colombia”, sigue Gilmore.
Un conflicto no es igual a otro
Que apenas después de la firma empieza realmente el proceso de paz, queda claro a todos los implicados, también a la UE. “Pasan por los tribunales de justicia, cuentan la verdad, muestran voluntad de reparación y cambio: esa es la piedra angular para pasar de un modelo a otro. La UE debe brindar su apoyo en el logro de garantías, físicas y políticas, en esta reinserción”, explica a DW en Bruselas, Vicente Vaillies, portavoz de Oidhaco, una plataforma de organizaciones de derechos humanos que desde hace 20 años sigue el conflicto el colombiano.
“En el caso de Colombia son miles los que han estado por años en el monte”, dice a DW, por su parte, Ramón Jáuregui, europarlamentario del bloque socialista y copresidente de la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat).
“En todo caso, la experiencia irlandesa puede ayudar en la fase de reinserción social de las personas que estuvieron con las pistolas o con los fusiles en el monte”, dice Jaúregui. En cuanto a lecciones de la experiencia del País Vasco: “Reconocer que la política jamás admite la violencia es la única coincidencia que puede haber entre dos procesos y dos países muy distintos”, afirma.
La UE no es novata en procesos de paz
Efectivamente, “todos los conflictos son muy distintos. El conflicto en Irlanda era de carácter identitario, algo que en el colombiano no sucede. Quizá son más cercanos los procesos que hubo en El Salvador y Guatemala”, dice Vaillies. En ellos, tanto en las negociaciones como en el postconflicto, la UE aportó lo suyo a la pacificación de la región, también en temas de desmovilización.
Colombia presenta sus desafíos propios. Por ejemplo, con complejas Comisiones de la Verdad para detectar responsabilidades tanto en excombatientes como en actores políticos o empresariales, como consta en el acuerdo. Además, el desafío es tener que crear un catastro para asegurar la restitución de sus tierras a los desplazados. “La experiencia de la UE es más valiosa aún si reconoce los vacíos de los procesos anteriores, que los hacen incompletos”, afirma Vaillies.
Finalmente, según el portavoz de Oidhaco, una de las principales tareas de la Unión Europea en este postconflicto será incluir a organizaciones de la sociedad civil para detectar las necesidades de la población. En este sentido, Gilmore anunció la convocatoria de inminentes reuniones en Colombia con representantes de víctimas y antiguos combatientes.