Colombia: indemnizar a víctimas
26 de enero de 2012“Lo mejor que podría hacer la guerrilla es poner fin a la violencia, dejar en libertad a los secuestrados sin condiciones y liberar a los niños que ha reclutado, pero mientras eso no suceda el Estado colombiano debe seguir persiguiendo militar, judicial y políticamente la existencia de estas organizaciones ilegales”, afirma el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón en conversación con Deutsche Welle.
El político sin partido alude así al anuncio de las FARC sobre la liberación unilateral de seis secuestrados, miembros de las Fuerzas Armadas en poder de los rebeldes desde hace más de una década. “La guerrilla colombiana no tiene ninguna perspectiva. Su fin es cuestión de tiempo”, afirma.
“Las puertas de la paz no están cerradas”, dice refiriéndose a posibles conversaciones con los rebeldes. “Pero primero deben demostrar con hechos sus intenciones. Mientras tanto el gobierno debe garantizar a la población su derecho a vivir en paz y eso significa combatir a la guerrilla, al narcotráfico y a la delincuencia organizada, pero también a corrupción y a impunidad, principales aliados de las organizaciones criminales”.
Más solidario con las víctimas, más duro con los victimarios
Preguntado sobre el perdón que el presidente, Juan Manuel Santos, pidió a las víctimas de la violencia, Garzón dijo que el gobierno colombiano ha comprendido que debe ser “más solidario con los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes que han sido víctimas de la violencia, pero también más duro con los victimarios”.
Garzón destaca que para ello ha entrado en vigor la Ley de Sustitución de Tierras el pasado primero de enero, al que se destinará una inversión de 30.000 millones de dólares en los próximos diez años. “El Estado ha reconocido, en el marco de la Ley de Reparación, a cuatro millones de personas como víctimas de la violencia. Para ello ha tomado la decisión de expropiar cerca de dos millones de hectáreas a organizaciones armadas ilegales, bandas criminales, grupos paramilitares, la guerrilla y el narcotráfico”, afirma y añade que para consolidar un Estado moderno es fundamental indemnizar a las víctimas de la violencia.
El político exhortó a la comunidad internacional, en particular a Alemania, para que acompañe este proceso. “La comunidad internacional tiene muchas experiencias, empezando por Alemania, en la reparación de víctimas de la guerra y en procesos de reconciliación. Eso nos serviría enormemente en Colombia. Si nos pueden apoyar con aportaciones en efectivo, magnífico”, sugirió.
Enfrentar la violencia y desarrollarse
El vicepresidente sostiene que Colombia no es un país militarizado. “Nosotros somos un país que ha enfrentado a organizaciones armadas ilegales ampliando la democracia, sin recortar los derechos individuales. Colombia es ejemplar por ser un país donde pese a la violencia y un conflicto de más de 62 años ha habido un desarrollo económico, que fue del 5,5% del PIB el año pasado”, afirma.
El ex sindicalista, que es candidato del gobierno colombiano para ocupar el puesto de director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se encuentra de visita en Alemania como parte de su periplo por Europa para promover su candidatura.
“Estamos proponiendo a los gobiernos, los empresarios y a sindicatos que apoyen nuestra candidatura que es respaldada por todos los paísies de Latinoamérica y del Caribe”. El vicepresidente colombiano reconoce que la competencia es dura. Entre tanto ya hay ocho candidatos de Europa, Asia y África.
“Queremos promover una reflexión entre los gobiernos, los empresarios y sindicatos, -los tres pilares que conforman el organismo de la ONU- para que la Organización Internacional de Trabajo responda a los desafíos del siglo XXI.
Candidato colombiano a dirigir la OIT
“No es posible que haya 200 millones de personas desempleadas, según previsiones de la OIT para el 2012, y al mismo tiempo haya 215 millones de niños trabajando, es un absurdo”, exclama y advierte que de eso depende el presente y futuro de la OIT. “Cómo responder al empleo juvenil y de las mujeres, eso depende de un entendimiento armonioso entre empresarios, gobiernos y sindicatos”, concluye.
El político no parece intimidado por el hecho de que dos organizaciones sindicales colombianas, la CGT y la CUT, le hayan dado la espalda y apoyen la candidatura del británico Guy Ryder, en protesta contra la violencia sindical en Colombia: “Nosotros en Colombia somos respetuosos con cualquier organización social que tenga otras opiniones. De eso se trata la democracia, del derecho a criticar y diferenciarse. La inmensa mayoría sindical respalda la aspiración de Colombia. No hemos creado esa violencia, nos hemos enfrentado a las organizaciones armadas ilegales ampliando la democracia y respetando los derechos humanos”.
Autora: Eva Usi
Editora: Rosa Muñoz Lima