Cinco años de Evo Morales: logros y desencuentros
24 de enero de 2011Que Evo Morales se mantenga al frente del gobierno y que Bolivia, por lo menos actualmente, goce de una relativa estabilidad y de tranquilidad en el ámbito político es algo que habría resultado casi impensable hace tan sólo dos años. A finales de 2008, el país se vio paralizado durante semanas por violentos enfrentamientos entre partidarios del Gobierno y de la oposición. Las provincias de las tierras bajas, al Este del país, jugaron por aquel entonces con la idea de la secesión respecto al gobierno central de La Paz. Dos proyectos gubernamentales desencadenaron las protestas: la redistribución de los ingresos procedentes de la explotación del gas natural y la promesa electoral de acometer una reforma agraria.
El politólogo Robert Lessmann hace referencia, a este respecto, a una "rebelión de las antiguas élites". "Un gran problema reside en el hecho de que el espectro ideológico de derechas y las viejas élites se han esfumado de la escena de los partidos políticos. Este desarraigo político de la derecha ha conducido a cometer actos de desesperación como los acaecidos a finales de 2008, cuando edificios gubernamentales fueron ocupados sistemáticamente en las provincias de las tierras bajas", añade el experto en Bolivia en conversación con DW-WORLD.
De República a Estado plurinacional
Por aquel entonces, Evo Morales aún no había cumplido su tercer año al frente del gobierno de Bolivia y el país se hallaba al borde de una guerra civil. No quedaba ni rastro de la euforia desencadenada entre una mayoría de la población en diciembre de 2005, y que condujo a Evo Morales a auparse a la presidencia del país con el 54% de los votos en la primera ronda electoral. Un Morales que asumió el cargo con la promesa de emprender "la refundación indígena de Bolivia". Robert Lessman habla de un "proceso revolucionario comparable con el desarrollo de la República de 1825 y la revolución de 1952-53". Hasta aquel momento, nunca antes se había acometido un esfuerzo de tales dimensiones para integrar a sectores marginados de la sociedad y a la población indígena en las responsabilidades de gobierno. "La nueva Constitución de enero de 2009 trajo autonomía para 36 pueblos indígenas bolivianos. Algunos de ellos tienen ahora, por primera vez, representación propia en La Paz", explica Lessmann.
Según la nueva Constitución, Bolivia ya no se define como república, sino como "Estado plurinacional" en el cual los diferentes pueblos conviven en igualdad de derechos. "Es ejemplar e histórico, y podría convertirse en paradigma para otros países latinoamericanos", afirma Lessmann, quien sin embargo añade al mismo tiempo que la prioridad, ahora, "debería ser completar las tareas políticas pendientes".
Tareas entre las cuales resultan prioritarias el fortalecimiento de la democracia y sus instituciones y reducir la desconfianza histórica de los bolivianos en sus instituciones políticas. Los partidos tradicionales prácticamente han desaparecido de la escena tras los dos triunfos electorales de Evo Morales en 2005 y 2009. Al propio presidente no le interesa demasiado convertir a su Movimiento al Socialismo (MAS) en un partido estructurado y organizado en el cual, junto a él, otros políticos y líderes carismáticos deban asumir responsabilidades. Morales prefiere apoyarse en los denominados movimientos sociales, así como sindicatos, asociaciones de mujeres y organizaciones agrícolas.
Sin embargo, el propio presidente ha podido experimentar cómo el apoyo recibido por parte de las bases puede transformarse rápidamente en protestas. Como a finales de 2010, cuando se registraron en muchas ciudades del país furiosas manifestaciones contra el anunciado aumento del precio de la gasolina en un 80%. Tras una semana de protestas, Morales retiró la medida.
Éxitos parciales
Una de las primeras iniciativas gubernamentales de Morales, en mayo de 2006, fue la nacionalización de la industria boliviana del gas y del petróleo y la renegociación de los contratos con los inversores extranjeros, quienes desde entonces deben pagar impuestos más elevados. Los ingresos adicionales obtenidos a través de la nacionalización del gas ha servido para financiar la creación de una pensión mínima para todos los bolivianos. Todos los ciudadanos mayores de 60 años perciben una paga mensual de alrededor de 200 euros. Otras medidas, como incentivos económicos para evitar el fracaso escolar y ayudas para reducir la mortalidad materno-infantil, han contribuido a paliar la pobreza entre aquellos grupos sociales especialmente marginados. No obstante, Robert Lessmann considera que "aún se ha hecho más bien poco para combatir ampliamente la pobreza". Por lo menos, la UNESCO reconoció a Bolivia en 2008 como país libre de analfabetismo.
Pero Bolivia carece de la fuerza económica necesaria para poder dotarse de unos servicios sanitarios y de educación con los que satisfacer de forma suficiente las necesidades de una población que aumenta rápidamente. "Para entender el desarrollo en Bolivia hay que tener presente la profunda crisis que, con el cambio de siglo, condujo a la caída de dos presidentes y la práctica ingobernabilidad del país", dice Lessmann. Una crisis con diversas causas: "Bolivia sigue siendo el país más pobre de América Latina. Pero tras la crisis económica se esconde también una crisis sociocultural. La mayoría indígena nunca se sintió integrada en la República de Bolivia, siempre se sintió excluida. Ahora, por primera vez, se intenta integrar a la mayoría indígena en el Estado concediéndoles los mismos derechos".
En este camino, Bolivia ha avanzado un buen trecho durante los últimos cinco años, bajo el gobierno de Evo Morales. Pero en el mismo periodo, se ahondó aún más en la profunda división política, social y económica del país.
Autora: Mirjam Gehrke/Emili Vinagre
Editor: Pablo Kummetz