Cierre de Guantánamo: Alemania estudia acoger presos
22 de diciembre de 2008No hay acontecimiento en el mundo que genere más expectativas que la llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca. Y esta vez no va a ser menos. Barack Obama simboliza el cambio como pocos políticos en las últimas décadas. Aunque el relevo no tendrá lugar hasta el próximo 20 de enero, el presidente electo de los Estados Unidos ha comenzado a desgranar algunas de las líneas maestras de la política que piensa desarrollar al frente de la primera potencia mundial.
Son muchos los que esperan un giro radical respecto a la línea de actuación de la administración Bush en los últimos ocho años. En especial, en cuanto a política exterior. Pero también en materia de derechos humanos. Y es aquí donde Barack Obama afronta la primera encrucijada de su mandato. Como prometió en campaña, cerrará la prisión de Guantánamo.
El centro de detención, creado por el gobierno de George Bush hace casi siete años en plena ofensiva estadounidense contra el terrorismo internacional, se ha convertido en este tiempo en símbolo de las graves contradicciones en que la primera potencia del planeta ha incurrido en su lucha sin cuartel contra la amenaza terrorista. El mismo Obama se encargó de destacarlo en campaña: "Estados Unidos debe acabar con la falsa elección entre las libertades que valoramos y la seguridad que exigimos".
Contradicciones también europeas
Denuncias de malos tratos, detenidos sin cargos durante años, prisioneros sin juicio y una larga lista de irregularidades que las organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado largamente. De hecho, sólo tres de los detenidos en Guantánamo han sido condenados hasta el momento. A día de hoy, unos 250 siguen retenidos en la base estadounidense. De ellos, 50 ya han sido declarados inocentes pero no pueden volver a sus países de origen, donde corren el riesgo de ser encarcelados y torturados.
Y es en este punto donde la nueva administración estadounidense pretende que Europa arrime el hombro y acepte acoger a los prisioneros que deben ser liberados. Washington considera una hipocresía que los países europeos, la mayor parte de los cuales durante años han alzado el dedo acusador contra Estados Unidos, se nieguen ahora a prestar su ayuda y acoger a los antiguos sospechosos de terrorismo.
¿Alemania, primer destino?
Alemania podría ser uno de los destinos para ellos. Así lo ha indicado el Representante del Gobierno alemán para Derechos Humanos, Günter Nooke. En declaraciones al Frankfurter Rundschau, Nooke explicó que Alemania podría acoger a algunos de los prisioneros de origen uigur. Se trata de un pueblo que habita en la provincia china de Xingjian, al noroeste del país, y que profesa la religión musulmana. Las organizaciones de derechos humanos consideran que este grupo de 17 prisioneros no puede volver a su país, donde correrían el riesgo de ser de nuevo encarcelados.
Y Hamburgo podría ser el destino para el grupo de presos de origen chino. El ministro del Interior de la ciudad-estado alemana, Christoph Ahlhaus, explicó al periódico "Hamburger Abendblatt" que los prisioneros sobre los que se haya demostrado su inocencia o hayan cumplido sus penas podrían ser acogidos en Hamburgo.
Pero no sólo para este reducido grupo de presos de origen chino busca Washington una salida. Hay otros detenidos en Guantánamo que se hayan en situación similar: rusos, uzbekos, libios o tunecinos tampoco pueden volver a sus países. No sólo con Alemania dialoga la administración norteamericana. Muchos otros países europeos podrían ser el destino para los hasta ahora convictos en Guantánamo.
Estados Unidos cierra pero no acoge
Pese a las contradicciones en que Europa ha incurrido en la cuestión de Guantánamo -por ejemplo, los vuelos de la CIA que sobrevolaron territorio europeo rumbo al centro de detención-, las principales potencias del continente se oponen a acoger a otros presos de Guantánamo que son considerados por Washington como peligrosos pero que no pueden ser acusados por falta de pruebas. Se calcula que este colectivo asciende a un centenar de los prisioneros de la base militar.
"Europa no debe ser el lugar a donde los americanos expulsen a sus terroristas", afirma el ministro del Interior de Hamburgo. El mensaje para la nueva administración estadounidense es, pues, meridiano: Europa dictará las reglas a la hora de decidir cómo y a quién acoge. De momento, en Alemania son partidarios de poner como condición para acoger a este tipo de presos que tenga algún vínculo con el país. Por ejemplo, que hayan residido en Alemania.