Ciberdiálogo: la NSA no reducirá sus actividades
18 de junio de 2014¿Cuál es la influencia de Alemania sobre el debate respecto a la NSA en Estados Unidos? Alec Ross, durante muchos años asesor jefe de Hillary Clinton, dice parcamente: “escaso”. La queja de un solo país tiene poco peso, agrega, diferente sería si Europa se presentara unida. No obstante, acota, el diálogo, que tendrá lugar los días 26 y 27 de junio en Berlín, es un paso en la dirección correcta. Para Ross, que en el diálogo participe John Podesta, comisionado de la Casa Blanca para la protección de grandes volúmenes de datos, es “una importante señal”.
También Dirk Brengelmann, comisionado del Ministerio de RR. EE. para la ciberpolítica exterior, sabe cuán difícil es influir sobre el debate en Estados Unidos. No obstante, agrega, lo decisivo es que en el Congreso se debata ahora sobre protección de datos y el equilibrio entre la libertad y la seguridad. También en el Bundestag alemán se ha creado una comisión investigadora de las actividades de los servicios secretos.
Más reuniones son de desear
El ciberdiálogo debería ser el comienzo de toda una serie de reuniones, dice Brengelmann. Para empezar se va a conversar sobre los temas “big data”, el potencial económico de la red y las cooperaciones internacionales en el sector de Internet. La esperanza es que ambas partes puedan ponerse de acuerdo en tres o cuatro temas para profundizar más tarde. Ross propuso debatir sobre un posible acuerdo en el que Estados Unidos y Alemania se aseguren mutuamente no llevar a cabo espionaje industrial.
Otro intento del Gobierno alemán de hablar con Estados Unidos sobre las actividades de sus servicios secretos no ha dado frutos: los norteamericanos no han respondido a un catálogo de preguntas sobre el tema. Ross dice que las respuestas ya la tiene el Servicio Secreto de Alemania (BND), insinuando así que el BND opera de forma similar. “Los alemanes deberían mirarse en el espejo”, subraya.
Agrega que el debate en Estados Unidos sobre la NSA no se centra en el tema de una menor actividad de los servicios secretos, sino en reformas. “Muchas prácticas fueron equivocadas”, dice, “no todo lo que es técnicamente posible es también correcto”. No obstante, no cuenta con que Estados Unidos renuncie a sus capacidades técnicas, sino que deberá redefinir quién debe ser vigilado y con qué fin. El objetivo es que los servicios secretos trabajen mejor, pero no que cesen con sus actividades.
Datos: materia prima de la era de la información
Por su parte, Ross proporcionó en una conferencia organizada por la Fundación Vodafone en Berlín una lección sobre cómo ven Internet los estadounidenses. Para Ross, no es correcto querer limitar la recolección de datos, “ya que los datos son al fin y al cabo la materia prima de la era de la información, como el acero lo fue en la era industrial”.
Además, agregó, las tecnologías de Internet se desarrollan tan rápidamente que será difícil para el legislador mantenerse al día. Una salida del dilema podrían ser cooperaciones entre actores privados y públicos, junto con el principio de la transparencia. Al fin y al cabo, el consumidor puede decidir, subrayó, ya que no tiene por qué usar Internet. La discusión alemana en relación con la esfera privada está demasiado relacionada con los medios tradicionales, Internet es al fin y al cabo un medio de comunicación e intercambio y no fue creado para proteger la esfera privada, concluyó.