Chipre se prepara para evacuaciones en el Cercano Oriente

En vista de la escalada del conflicto en el Cercano Oriente, Chipre está cada vez más en el foco de atención. Ya tuvo un rol en el abastecimiento de la población civil en la Franja de Gaza. Y ahora podría convertirse en receptor de evacuados y refugiados de la región en crisis. Ya han quedado varados en este país de la UE numerosos viajeros que, en realidad, se dirigían a Israel, pero no lograron llegar a ese destino.

Cancelación de vuelos

Ocurre que casi una veintena de compañías aéreas internacionales, entre ellas Lufthansa, cancelaron o pospusieron sus vuelos directos desde y hacia el aeropuerto Ben Gurión en las pasadas semanas. En consecuencia, Chipre se ha vuelto una importante estación intermedia para viajeros israelíes. Desde allí, o desde Grecia, líneas aéreas israelíes los llevan de regreso a casa.

El aeropuerto de Larnaka es ahora un centro importante de tránsito para pasajeros afectados por las medidas de las aerolíneas. El ministro chipriota de Transporte, Alexis Vafeades, aseguró hace poco a una agencia de noticias local que se mantendrán las conexiones aéreas entre su país e Israel.

Planes de contingencia

Por otra parte, en una declaración emitida en mayo, el ministro chipriota de Asuntos Exteriores, Constantinos Kombos, confirmó que el Gobierno había preparado planes para la aplicación del llamado plan ESTIA, en caso de que fuera necesario. Este plan, que entró en vigor por primera vez en octubre de 2023, establece los procedimientos para la recepción, alojamiento y repatriación de nacionales de terceros países que abandonen zonas de guerra.

También ha activado un segundo plan llamado NAFKRATIS, que prevé la evacuación de ciudadanos de la UE o de terceros países desde el Líbano a través de Chipre o la gestión del aumento del flujo de refugiados por mar. Por lo que respecta al Líbano, Chipre está en estrecho contacto con Canadá y Alemania, ya que muchos ciudadanos de estos países se encuentran en el Líbano.

Las amenazas de Nasrallah

La ubicación geográfica de Chipre ha llevado a que, entretanto, haya sido declarado potencial blanco de ataques. El pasado 19 de junio, el líder de Hezbolá, Hasán Nasrallah, advirtió que Chipre será considerado "parte de la guerra”, si Israel utilizaba sus aeropuertos o bases para lanzar ataques contra el Líbano.

Desde entonces, el Gobierno chipriota ha declarado reiteradamente que nunca ha puesto instalaciones a disposición de otro país para realizar acciones hostiles, y tampoco lo hará en el futuro. El ministro de Relaciones Exteriores, Konstantinos Kombos, entregó a fines de julio un claro mensaje de neutralidad, asegurando que "Chipre no ha sido nunca parte de la crisis, sino parte de la solución, como ha sido reconocido internacionalmente”. (ers/ms)