China toca a las puertas de Europa oriental
26 de noviembre de 2013Dieciséis jefes de Gobierno de Europa Central y del este, un primer ministro chino y 1.000 representantes del sector económico (de los cuales 300 provienen de China). Aunado a ello, una larga lista de deseos con proyectos multimillonarios que deberán ser firmados durante el encuentro, y financiados con dinero chino.
En Bucarest, los anfitriones celebraban con anticipación la inauguración del Business Forum China, un supuesto capítulo nuevo en una historia de éxito. Es la tercera vez en que dirigentes del centro y el este de Europa se encuentra con representantes chinos (las anteriores ocurrieron en Budapest, en 2010, y Varsovia, en 2012).
Dinero chino
También en Pekín es visto con buenos ojos el encuentro económico de Bucarest. En el sitio de internet del ministerio chino de Asuntos Exteriores puede leerse que “la visita del primer ministro Li Keqiang a la capital rumana es una muestra del mejoramiento en las relaciones de China con la región”.
La prensa oficial china afirma por su parte que “los países de Europa central y oriental atraviesan –de modo parecido a China- por una fase de transición y de consolidación financiera”.
Los socios comerciales de la región muestran creciente interés en las inversiones chinas, a fin de hacer que sus economías sean más competitivas. Además, las inyecciones financieras ayudarían a paliar los efectos de la crisis económica global.
La primera fue anticipada en 2012 por el entonces primer ministro chino, Wen Jiabao, en el encuentro de Varsovia. Se concretaría en la forma de una línea de crédito por 10.000 millones de dólares a fin de apoyar proyectos de infraestructura, tecnología para el medio ambiente y otros recursos de modernización.
Medios rumanos afirman que el volumen del comercio entre China y 16 países países excomunistas pasó de 3.000 millones de dólares a 40.000 millones de dólares entre 2000 y 2010.
Ello no agota todo el potencial del intercambio bilateral. Hoy, el volumen de las inversiones chinas en la región equivalen al que China tiene con Italia. Por su parte, todos los países de Europa central y del este invierten juntos en China menos que Austria sola.
¿Enojo en Bruselas?
Para Karel de Gucht, comisario europeo de Comercio, la ofensiva inversora de China no deja de implicar algunos peligros. En el más reciente encuentro UE-China, advirtió que Pekín pretende crear divisiones en Europa.
“Tenemos la obligación de proteger nuestros intereses”, dijo de Gucht en la cumbre chino-europeo realizada a mediados de noviembre en Pekín. Poco antes, fuentes no identificadas de la diplomacia europea habían declarado al Financial Times que el foro económico de Bucarest sería parte de una estrategia china para “dividir a la Unión Europea y poder así conquistarla”.
Justyna Szczudlik-Tatar, del Instituto Polaco de Relaciones Exteriores, afirma a DW que la motivación de China es puramente económica.
Además, dice, “China y los países de Europa central y del este están unidos por una larga tradición. Los políticos chinos con los cuales he dialogado opinan que las relaciones de China con la región están menos orientadas hacia la política, en comparación con las que cultiva el país con la UE”.
La posición de Bruselas es producto de una pugna interna dentro de la Unión Europea, dice el politólogo rumano Claudiu Degeratu, del Centro de Análisis en Seguridad y Prevención, con sede en Praga. “No es más que el intento de algunos países europeos de dirigir todo el diálogo entre China y la Unión Europea”, señala.
“El riesgo de una estrategia basada en el principio ‘divide y vencerás' no existe en cuanto a la parte china”, agrega el especialista. Inversiones chinas y sudcoreanas tienen lugar en Hungría, Eslovaquia, la República Checa y Polonia, sin que pueda hablarse de una “invasión económica” a la Unión Europea, finaliza.