Chile y Brasil: duelo femenino por el poder
26 de agosto de 2013Hasta ahora, la región era refugio de hombres fuertes y poderosos. Sin embargo, en Chile dos mujeres se enfrentarán en las elecciones presidenciales del próximo 17 de noviembre: tanto la ex presidenta, Michelle Bachelet, como la ex ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, tratan de seducir a los votantes.
Las historias de ambas políticas no podrían ser más diferentes. Matthei, candidata del partido actualmente en el poder, la Unión Demócrata Independiente (UDI), proviene de una familia de generales que apoyó en 1973 el golpe militar de Augusto Pinochet contra el presidente electo Salvador Allende. Su padre, Fernando Matthei Aubel, sirvió durante la dictadura de Pinochet (1973-1989) como ministro de Salud y comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile.
La socialdemócrata, Bachelet, que digirió durante cuatro años ONU Mujeres, la agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género en Nueva York, resistió a la dictadura militar chilena. Su padre, Alberto Bachelet, militar y general de brigada de la Fuerza Aérea, permaneció leal a Allende durante el golpe de Estado. Actualmente, Bachelet se encuentra muy por delante de las encuestas respecto a su rival de la coalición de la derecha, Matthei.
Compañeras y rivales de Partido
Brasil tendrá elecciones presidenciales en octubre de 2014. Según el instituto de encuestas de opinión, Datafolha, es probable que la segunda vuelta de las elecciones sea un duelo entre la actual presidenta, Dilma Rousseff, y la ex ministra del Medio Ambiente, Marina Silva. Ya en la campaña presidencial de 2010, Rousseff y Silvia habían competido entre sí.
Aunque ambas deben su carrera política al Partido de los Trabajadores (PT), se encontraban en fracciones opuestas en el interior del partido. Mientras que Dilma Rousseff, como ex ministra de Minas y de Energía, favorecía un crecimiento a través de la industria; Marina Silva, ministra del Medio Ambiente, luchaba por la protección de las selvas tropicales. En mayo de 2008, Silva renunció a sus funciones en protesta contra las ideas de Rousseff.
Después de su fallida candidatura en el Partido Verde brasileño, fundó este año uno nuevo: Rede Sustentabilidade (Red Sostenibilidad). Tras las masivas protestas ocurridas en Brasil durante la Copa Confederaciones en junio pasado, en donde cientos de manifestantes se quejaban de los altos precios y la corrupción, la candidata medioambiental de 55 años de edad subió considerablemente en las encuestas.
Mujeres al poder
“La actitud hacia las mujeres en puestos de dirección ha cambiando en América Latina”, dice la especialista en ciencia política, Ana Soliz Landivar, del Instituto GIGA de Hamburgo. Una de la razones de este cambio fue la mala fama de los partidos políticos en la región. “Los partidos han comenzado a nominar candidatas con el fin de poder mantenerse en el poder y al mismo tiempo reinventarse”, dice Soliz Landivar.
Sin embargo, esta confianza hacia las mujeres no es garantía de éxito electoral a largo plazo. Una lección aprendida tras el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que llegó al poder en el 2007. El partido del gobierno “Frente para la Victoria (FPV)” perdió cuatro millones de votos en las primarias a mediados de agosto de cara a las próximas elecciones parlamentarias de octubre. El objetivo de un tercer período para Kirchner es poco probable.
Las madres de una Nación
A diferencia de Europa y Estados Unidos, la lucha por la igualdad de la mujer en una América Latina predominantemente católica está fuertemente vinculada al papel tradicional de la madre. Lo que comenzó como una protesta de madres y esposas contra el secuestro de sus seres queridos durante la dictadura militar en los años 80, se convirtió en un exitoso movimiento de emancipación.
En América Latina, muchos piensan que una mujer en un Palacio de Gobierno se preocuparía más por los problemas sociales, así como una madre se preocuparía por las necesidades de sus hijos”, señala la politóloga Ana Soliz Landivar. Aunque a veces las mismas mujeres no lo creen. “Los programas gubernamentales no dependen del género, sino de la coalición política y de la personalidad de los candidatos”, considera Landivar.
Pero falta mucho por hacer. Según la Unión Interparlamentaria (IPU), una organización internacional que reúne los parlamentos de varios Estados soberanos, la proporción de funcionarias electas en América Latina alcanza, en promedio, el 22%. Por consiguiente, la lucha por la igualdad de género seguirá necesitando todavía del apoyo masculino.