Chile país invitado al European Film Market
18 de febrero de 2020Paralelamente a la Berlinale, el European Film Market de Berlín (EFM), una de las mayores ferias de cine del mundo, comienza el 20 de febrero. Los futuros cineastas y patrocinadores se reunirán aquí hasta el 28 de febrero. La feria se enfoca en las tendencias actuales y futuras del negocio del cine. Todos los años, la sección "Country in Focus" centra la atención en la industria cinematográfica de un país, y esta vez le toca a la escena cinematográfica chilena.
Deutsche Welle: Sr. Knol, ¿por qué la decisión de centrarse en Chile como país invitado este año?
Matthijs Wouter Knol: Buena pregunta. No siempre está tan claro por qué de pronto la atención va de un país a otro. De alguna forma, es el resultado de los debates y acontecimientos que han tenido lugar en el mercado en los últimos años. En 2017 abrimos la serie "Country in Focus", con México, por primera vez. Además, anteriormente habíamos tenido buenas experiencias en el área de América Latina, pero, en realidad, no era nuestra intención aterrizar de nuevo en esa región después de unos años. Hay muchos países con los que se podría armar un buen programa. Luego Chile ganó el Oscar a la mejor película extranjera con"Una mujer fantástica", en 2018, y esa fue la razón por la que ese país pidió activamente al EFM que presentara en Europa a la industria chilena y su veloz desarrollo. Para nosotros fue un encuentro agradable, también porque esa película se estrenó en la Berlinale en 2017. Chile, junto con Brasil, es sin duda uno de los países más interesantes en la industria cinematográfica sudamericana.
¿Qué es lo que hace al cine chileno tan interesante?
Por supuesto, es cuestión de gusto, pero en los últimos diez años se ha generado una gran variedad en el cine chileno. Esto también se debe a CinemaChile, la agencia dedicada a la promoción de películas chilenas en el extranjero. Entretanto, cineastas chilenos como los hermanos Larraín o Sebastián Lelio, el director de "Una mujer fantástica", también están trabajando en proyectos internacionales no españoles. No es la única forma de medir si un país tiene una industria cinematográfica interesante. Pero es muy notable que han pasado muchas cosas en los últimos diez años, eso hizo que se descubiera tanto una nueva generación de cineastas, como también que se redescubriera la anterior.
El país también experimentó una dictadura militar hasta los años 90, que dejaba poco espacio para la cultura...
A pesar de eso, había, por supuesto, cineastas que habían trabajado antes de esa época. Por ejemplo, Raúl Ruiz, ya fallecido, cuya película "El Tango del Viudo", de 1967, se volverá a proyectar este año en la Berlinale. En las historias del cine chileno, sin embargo, se puede ver que el pasado y la agitación de la historia todavía juegan un papel importante.
En 2018, Chile y Alemania concluyeron un acuerdo de coproducción, que debería facilitar la realización de producciones conjuntas. ¿Hay ya proyectos realizados en virtud de este acuerdo?
Por lo que sé, ese acuerdo está todavía en proceso. Como suele ocurrir con los acuerdos de coproducción entre dos países, esto no significa que se realicen más producciones de inmediato. El hecho de que se lleve a cabo una coproducción está siempre vinculado a las ideas y al interés de los cineastas. En última instancia, también está relacionado con el hecho de lo bien conocido que sea ese acuerdo. Hasta ahora, el acuerdo no ha dado lugar a nuevos flujos importantes de coproducciones germano-chilenas. Pero eso todavía puede llegar. Dos años no es mucho tiempo para una producción cinematográfica.
¿Qué tan bien le cae el cine latinoamericano al público europeo?
Desde que asumí el cargo de director del EFM, hace seis años, he tenido la sensación de que el interés por el cine latinoamericano sigue siendo grande, y que hay un nicho de público para él. El cine iberoamericano se ha desarrollado significativamente en los últimos 10 años. Mientras tanto, la producción y la infraestructura en América Latina han crecidoy, como resultado, ha mejorado el marketing. Por último, pero no menos importante: también hay muchos hispanohablantes en Europa. Según mi experiencia, los filmes latinoamericanos tienen menos dificultades en el mercado europeo que los de Asia. Recientemente vi un tráiler en el cine, en el que se presentaban varias películas en español. Cerca de la mitad de esas películas eran de Chile.
Usted está hablando de un próspero cine chileno. Pero aún así, sólo hay una película chilena en el programa de la Berlinale este año. ¿Por qué?
Tiene que preguntarles a mis colegas que armaron el programa de la Berlinale. Aunque el European Film Market forma parte de la Berlinale, nuestro trabajo es completamente independiente de la selección de programas de ese festival. Lo que se muestra en el festival de un país, también tiene que ver con lo que ese país entregó. Sin embargo, varias películas chilenas se están exhibiendo en el mercado. Pero, por supuesto, sería bueno que hubiera muchas películas de ese país para ser mostradas en el festival. Desafortunadamente, eso este año no es así.
¿Qué relación tienen los cineastas chilenos con Alemania?
Como preparación para el programa de 2020, tuve la oportunidad de visitar Chile hace un año y medio. Allí me di cuenta de que hay un gran interés en la cultura, el lenguaje y la historia alemana. Por un lado, hay muchas conexiones históricas entre Alemania y Chile, ya que muchos alemanes han emigrado a Chile desde principios del siglo XIX. Algunas personas todavía tienen apellidos alemanes, e incluso hay pueblos o ciudades que todavía viven con costumbres alemanas. Así que hay una fuerte conexión entre Chile y Europa, similar a la de Argentina. Esto no sólo se refleja en las obras audiovisuales de los cineastas, sino también en el interés mutuo de trabajar juntos y encontrar formas de solicitar financiación para el cine.
(cp)
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