Furia en Chile
9 de septiembre de 2011En diciembre de 2009 el candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami estuvo a un paso de dar una sorpresa en las elecciones chilenas. Con una campaña sin muchos recursos y básicamente apoyado en su carisma, alcanzó el 20% de los votos –algo inédito en el sistema político del país para un independiente– y mantuvo en vilo hasta el final las aspiraciones de los representantes de los dos grandes conglomerados políticos, Eduardo Frei (de la centro-izquierdista Concertación) y Sebastián Piñera (de la derechista Alianza por Chile y actual mandatario).
Hoy Enríquez-Ominami ocupa su tiempo en la formación del Partido Progresista, plataforma política con la que pretende participar en las elecciones municipales del 2012 y con la que desea abrir un nuevo referente político que rompa el duopolio que ha gobernado Chile desde el retorno a la democracia, en 1990. Como el hombre que encarnó el descontento contra el sistema en las últimas presidenciales, y como un referente además de la política reciente en el país del sur, Enríquez-Ominami aborda las manifestaciones estudiantiles y los problemas que ha debido afrontar un gobierno que pudo haber sido el suyo.
"Estas protestas se dan ahora porque se suman varios elementos. Tenemos el enojo de los consumidores, que se han convertido de un tiempo a esta parte en víctimas de los bancos y de un sistema de transportes ineficiente, por ejemplo. A eso debemos agregar la furia estudiantil ante un sistema injusto, con un Presidente (Piñera) que posee casi 2.500 millones de dólares en su cuenta personal (es uno de los hombres más ricos de Chile) y que se niega a pagar unos bonos de 100 dólares a los que se había comprometido", empieza el excandidato.
-¿Cómo cree que ha reaccionado el gobierno ante una arremetida social que hace años no se veía en Chile?
-Creo que la controversia sobre la cual debate la sociedad es sobre las reglas del juego, no sobre decisiones eminentemente políticas. No es sobre cambio de ministros o transferencia de recursos de un lugar a otro. Una gran mayoría de Chile pide un cambio profundo en las reglas del sistema, cambio en las reglas educativas, de representación política, tributarias y sobre derechos civiles y medioambientales. Ese es el problema.
-Si hacemos política-ficción, ¿les habría explotado este vendaval de protestas a usted o a Eduardo Frei?
-El problema de los consumidores (cerca de un millón de chilenos fueron estafados por una multitienda), sin ninguna duda. El conflicto estudiantil también, aunque probablemente por razones distintas. Lo que sucede acá es que Sebastián Piñera es el que más ha defendido el modelo neoliberal, por eso la disposición de la gente es distinta.
-¿Qué debe hacer el Estado de Chile para mejorar la calidad de la educación?
-Impedir la discriminación de alumnos en educación secundaria con recursos públicos, por ejemplo, porque en Chile los colegios deciden a quién educan y a quién no. Además, aumentar por 3 o por 4 la subvención y, en materia universitaria, avanzar hacia la educación gratuita mediante un sistema de arancel diferenciado. En Chile, ya sabemos, la educación es carísima.
-Hay varios líderes estudiantiles encabezando estas movilizaciones, haciéndose cargo de un vacío dejado por los políticos. ¿Qué piensa usted de ellos?
-En estas movilizaciones tenemos decenas de líderes estudiantiles que han demostrado preparación, coraje, lucidez y liderazgo. Se han sabido hacer cargo de una movilización social importante, trascendente. Ellos tienen todo el respaldo del Partido Progresista en el grueso de sus demandas.
-¿En qué medida el éxito de su campaña como candidato independiente respondió al malestar generalizado contra la clase política?
-Tuvo mucho, mucho que ver, sin dudas. Mi campaña y mis propuestas eran una crítica o una ruptura… no, digamos una triple ruptura contra el orden político chileno: proponíamos romper con la derecha, con la Concertación y con un tipo de lenguaje o de defensa de un modelo extremadamente injusto con la mayoría de los chilenos.
Autor: Diego Zúñiga
Editor: Enrique López