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Chile decide sobre la nueva Constitución: ¿modelo o utopía?

2 de septiembre de 2022

Ante el plebiscito sobre el proyecto constitucional en Chile, la prensa en alemán mira con atención el proceso que, según apunta, podría tener carácter modélico.

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A la venta, en un quiosco, ejemplares del proyeco de Constitución que se somete a plebiscito en Chile.
Ejemplares del proyeco de Constitución que se somete a plebiscito en Chile.Imagen: Claudio Abarca Sandoval/NurPhoto/picture alliance

El semanario Der Spiegel escribe: "Si se aprueba (la nueva Constitución), sería una revolución que irradiaría más allá de las propias fronteras. Pero los adversarios conservadores atacan el proyecto con todas sus fuerzas. Hay consenso en Chile en cuanto a que el (actual) sistema profundizó la desigualdad social, pero no está claro qué debe deducirse de eso.

De acuerdo con las últimas encuestas, cerca de la mitad del electorado rechaza la nueva Constitución, y los partidarios se cifran en alrededor de un 38 por ciento. Uno de los motivos del escepticismo tiene que ver con una falla de nacimiento. Dado que muchos conservadores boicotearon la elección de la Convención Constitucional, las fuerzas progresistas tuvieron un peso tan superior que, a juicio de muchos críticos, estuvieron en condiciones de redactar una utopía de izquierda que podría asustar a los inversionistas y llevar al país a la ruina. Las noticias falsas en la red contribuyeron a la inseguridad. (…)

El presidente Boric ha exhortado reiteradamente a sostener una discusión seria. También ha recordado que el plebiscito del 4 de septiembre no se trata de su Gobierno, sino del futuro de Chile. Pero a muchos les resulta difícil diferenciar ambas cosas. Una gran parte de la población está descontenta con su joven presidente, que no logra controlar los problemas. La economía solo se reactiva con lentitud tras la pandemia y las ciudades siguen siendo tan inseguras como antes de su elección".

La campaña de las fake news

El periódico Neues Deutschland hace notar que los ánimos están muy caldeados en Chile, en vísperas de lo que "probablemente sea la elección más importante del país desde el retorno a la democracia en 1990" y apunta:

"La campaña no podría ser más desigual. Mientras el bando derechista, con las arcas repletas, hace propaganda en las redes sociales, las radios, la prensa escrita y las calles, el bando de los partidarios depende casi exclusivamente de activistas voluntarios. (…)

La derecha creó ambiente contra la Constitución, con advertencias sobre una supuesta división del país a raíz de la proyectada 'plurinacionalidad', y con mentiras sobre posibles expropiaciones. El trasfondo es fácil de reconocer: con la nueva Constitución se restringiría perceptiblemente el negocio privado en el sector de la educación o el de la salud. El acceso al agua volvería a quedar en manos de la administración pública y demandas feministas, como el derecho al aborto y la paridad de género, serían garantizadas constitucionalmente. Así, sobre todo empresarios y sectores conservadores arremeten contra la nueva Constitución".

Oportunidad y peligro para Chile

El rotativo Suizo Neue Zürcher Zeitung publica por su parte un comentario en el que plantea: "The Economist califica la nueva Constitución de Chile como utopía. Y, en efecto, tiene algunos rasgos utópicos, por ejemplo, al declarar de facto a la naturaleza como persona jurídica, con sus propios derechos, o al reconocer el derecho al ocio.

Pero más importante que esas curiosidades, que en la práctica tendrían pocos efectos concretos, es el hecho de que recoge muchas de las demandas sociales de los últimos años. Utópica es en cambio la idea de que Chile podría retrotraerse a la situación de comienzos de siglo. Demasiados cambios sociales han tenido lugar desde entonces, y demasiado evidente es el descontento con el statu quo manifestado desde entonces por la mayoría de la población.

Si el proyecto constitucional es rechazado, podría sobrevenir un largo período de inestabilidad. (…) Lo que ha ocurrido en los últimos dos años y medio en Chile es, en realidad, un proceso de carácter modélico para reformar un orden social que ya no se quiere. Pero el desenlace es todavía incierto. Si la reforma resultara, sería ejemplar no solo para América Latina, sino para todo el mundo".

(rml)