Edificio en Florida atrajo a visitantes de todo el mundo
25 de junio de 2021El Champlain Towers South atrajo a gente de todo el mundo para disfrutar de la vida en la costa atlántica del sur de Florida, algunos por una noche, otros para vivir. Una pareja de Argentina y su joven hija. Un querido profesor jubilado del área de Miami y su esposa. Judíos ortodoxos de Rusia. Israelíes. La hermana de la primera dama de Paraguay. Otros de Latinoamérica.
Todos ellos se encuentran entre las casi 100 personas que permanecen desaparecidas este viernes (25.06.2021) por la mañana, un día después de que el edificio de 12 plantas se derrumbara entre los escombros a primera hora del jueves. Gran parte del lado de la playa del Champlain se desprendió por razones desconocidas, convirtiéndose en una pila de hormigón y metal de más de 10 metros de altura.
Durante la noche se sacaron tres cadáveres de entre los escombros, lo que eleva a cuatro el número de víctimas mortales, según declaró el viernes la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, en el programa "Good Morning America". Las autoridades temían que esa cifra se disparara. Se registraron once heridos, y cuatro personas fueron atendidas en hospitales.
"Estos son tiempos muy difíciles, y las cosas se van a poner más difíciles a medida que avancemos'', dijo el director de la policía de Miami-Dade, Freddy Ramírez.
Latinoamericanos desaparecidos
Los objetos personales eran la prueba de vidas destrozadas entre los restos del Champlain, construido en 1981 en Surfside, un pequeño suburbio al norte de Miami Beach. Una litera para niños se posaba precariamente en un piso superior, doblada pero intacta y aparentemente a centímetros de caer en los escombros. Un edredón yacía en el borde de un piso inferior. Televisores. Ordenadores. Sillas.
Los argentinos Dr. Andrés Galfrascoli, su marido, Fabián Núñez, y su hija de 6 años, Sofía, habían pasado allí la noche del miércoles en un apartamento de un amigo, Nicolás Fernández.
Galfrascoli, cirujano plástico de Buenos Aires, y Núñez, productor teatral y contable, habían llegado a Florida para alejarse del resurgimiento del COVID-19 en Argentina y de sus estrictos cierres. Habían trabajado mucho para adoptar a Sofía, dijo Fernández.
"De todos los días, eligieron el peor para quedarse allí", dijo Fernández. "Espero que no sea así, pero si mueren así, sería muy injusto".
No eran los únicos sudamericanos desaparecidos. Los ministerios de Asuntos Exteriores y los consulados de cuatro países dijeron que 22 nacionales estaban desaparecidos en el derrumbe: nueve de Argentina, seis de Paraguay, cuatro de Venezuela y tres de Uruguay.
Entre los paraguayos se encontraba Sofía López Moreira –hermana de la primera dama Silvana Abdo y cuñada del presidente Mario Abdo Benítez– y su familia.
Ciudadanos israelíes
Los medios de comunicación israelíes dijeron que el cónsul general de ese país en Miami, Maor Elbaz, cree que hay 20 ciudadanos de ese país desaparecidos.
También están desaparecidos Arnie Notkin, un profesor de educación física jubilado del área de Miami, y su esposa, Myriam. Vivían en el tercer piso.
"Todo el mundo ha publicado: 'Dios mío, era mi entrenador'", dijo Fortuna Smukler, una amiga que acudió a Facebook con la esperanza de encontrar a alguien que informara de que estaban a salvo.
"También eran personas tan felices y alegres. Siempre tenía una historia que contar, y ella siempre hablaba con tanta amabilidad de mi madre'', dijo Smukler.
"Al principio hubo rumores de que lo habían encontrado, pero fue un caso de identidad equivocada. Sería un milagro que lo encontraran vivo".
La angustiosa espera de residentes y familiares de desaparecidos
Por su parte, familias de los residentes del edificio derrumbado pasaron esperando con angustia noticias de sus seres queridos, mientras algunos habitantes de la torre buscan dónde alojarse tras el desastre.
"Lo he perdido todo", dice Erick de Moura, de 40 años, a las puertas del centro comunitario de Surfside, una pequeña localidad del condado de Miami-Dade donde intentará encontrar alojamiento durante los próximos días.
El brasileño llevaba tres años viviendo en el décimo piso del edificio Champlain Towers Complex, parte del cual se derrumbó en mitad de la noche por una razón indeterminada.
De Moura asegura que "sobrevivió de milagro" porque la noche pasada decidió dormir en casa de su novia en lugar de volver a su apartamento.
"Soy un sintecho, he perdido mis papeles, mi ropa, mi tarjeta de residencia, mi dinero", explica, dividido entre la tristeza y la alegría por estar vivo. "Acabo de volver de ver el edificio, es un shock. Estoy muy triste, pero me alegro de estar vivo".
El brasileño se preocupa, sin embargo, por el destino de sus vecinos. "Todo se vino abajo. Creo que la gente de mi planta murió", lamenta.
Residentes esperan ser reubicados
Los residentes se han reunido a pocas manzanas de distancia en el centro comunitario, que se ha convertido en una unidad de ayuda y refugio.
Allí están a la espera de ser reubicados, ya sea con familiares, parientes o en hoteles que hayan ofrecido habitaciones. Otros esperan noticias de sus familiares que vivían en el edificio.
Los voluntarios han llevado agua, café, cestas de comida, ropa y mantas, y los equipos de la Cruz Roja estadounidense y de los servicios de emergencia están allí para reconfortarlos.
La gente va y viene; algunos se quedan sentados, sin moverse, con la mirada perdida, otros luchan por reprimir los sollozos.
Más de 1.000 personas han pasado por el centro comunitario, explica Ron Ben Hayoun, un voluntario de 22 años. Este residente de North Miami ha vuelto al barrio de su infancia para ayudar.
En esta ciudad con una gran comunidad judía, "ayudamos a todos, no hacemos excepciones", dice. "Es una gran conmoción" para la comunidad y para la ciudad, añade el joven, que acaba de regresar de Israel, donde hizo el servicio militar.
Anteriormente, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yair Lapid, dijo que había hablado con el jefe de la comunidad judía de Miami y que Israel estaba haciendo "todo lo posible para ayudar a las fuerzas sobre el terreno, a los heridos y a las familias."
Los rescatadores se centran en detectar los sonidos de los supervivientes
Los equipos de búsqueda y rescate trabajaron durante toda la noche, encontrando tormentas de lluvia y pequeños incendios entre los escombros, con la esperanza de detectar cualquier sonido procedente de los supervivientes tras el derrumbe.
Las cuadrillas, que incluyen unos 130 bomberos que trabajan en equipos se acercan a la pila desde arriba y desde abajo en busca de cualquiera señal de vida en lo que había sido un ala de las Torres Champlain Sur en Surfside, Florida.
FEW (AP, AFP)