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CEPAL: América Latina en la encrucijada

Pablo Kummetz6 de octubre de 2015

En su informe de octubre de 2015, la CEPAL revisó a la baja el crecimiento económico promedio en la región para 2015 de 0,5% a -0,3%. ¿Por qué y cuáles son las consecuencias? DW habló con expertos.

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Imagen: imago/Action Pictures

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resalta que las economías más afectadas son aquellas que mantienen estrechas relaciones comerciales con China (petróleo y minerales). La CEPAL estima que esas economías se contraerán en promedio un -1,3% en 2015 y un -0,1% en 2016. Venezuela y Brasil son dos casos arquetípicos de esa problemática. Otros países, por el contrario, crecerán, algunos moderadamente, otros algo más fuertemente.

¿Qué hacen mal Venezuela y Brasil? “Venezuela sufre sobre todo por la caída del precio del petróleo, del cual es completamente dependiente por la falta de diversificación de su economía. A ello se agrega el gran déficit estatal y la enorme inflación. El país es poco atractivo para inversionistas, por razones político-ideológicas y económicas, por ejemplo, el control de divisas”, dice el Prof. Dr. Ralph Rotte, economista de la Universidad RWTH, de Aquisgrán. En cuanto a Brasil, “el país sufre las consecuencias de sus déficits en infraestructura, los bajos precios de las materias primas, la corrupción y una inextricable burocracia”, agrega. Las debilidades estructurales (también educativas y del complejo sistema impositivo) afloran en toda sus dimensiones y parecen terminar por ahora con el tan proclamado boom de los países del BRICS.

Venezuela, Schlange vor Supermarkt
Cola ante un supermercado en Venezuela:"El país sufre sobre todo por la caída del precio del petróleo, el gran déficit estatal y la enorme inflación".Imagen: AFP/Getty Images/F. Parra

La reprimarización de las exportaciones

También para Jorge Garzón, investigador del German Institute of Global and Area Studies, de Hamburgo, “la crisis de Venezuela es el resultado de la destrucción sistemática del sector privado y de la productividad de las industrias no relacionadas con el sector petrolero durante el chavismo; ahora que los precios del petróleo se han desplomado, no existe una economía diversificada ni competitiva”. Brasil hizo lo que siempre hizo, dice Garzón: “Proteger a su industria manufacturera, que pese a la protección y las políticas de fomento industrial no ha mejorado su competitividad en los mercados internacionales”. Y agrega que “el boom económico de Brasil durante la era Lula estaba más relacionado de lo que creíamos con los altos precios de materias primas, sobre todo productos alimenticios, y la fuerte demanda de China”. La participación de productos manufacturados en las exportaciones brasileñas también cayó de 59% en 2000 a 35,6% en 2014. “Brasil ha sufrido por lo tanto un proceso de reprimarización de su capacidad exportadora”, dice Garzón.

Las mejores proyecciones de la CEPAL son para Panamá (crecimiento de 5,8%), República Dominicana (5,6%), Bolivia (4,4%) y Nicaragua (4,3%). ¿Qué hacen bien esos países? “Lo que llama la atención es que esos cuatro países aplican políticas económicas y presupuestarias bastante sólidas”, explica Rotte. Otros factores contribuyen a explicar a esas buenas cifras: “Nicaragua se beneficia de inversiones chinas relacionadas con el Canal; Bolivia intenta diversificar su economía; la República Dominicana tiene el turismo como importante sector económico y Panamá tiene un Tratado de Libre Comercio con EE. UU. y comercia sobre todo con este y con Europa”, agrega.

Los países intermedios

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Manifestación en Brasil contra el Gobierno: "El boom económico de Brasil durante la era Lula estaba más relacionado de lo que creíamos con los altos precios de materias primas, sobre todo productos alimenticios, y la fuerte demanda de China".Imagen: Agencia Brasil/M. Camargo

Entre la avanzada en el crecimiento económico latinoamericano y los vagones de cola se hallan países intermedios, que no crecen mucho, pero tampoco decaen mucho. Por ejemplo, Paraguay (con un crecimiento del 3,3%), Colombia (2,9%), Perú (2,7%), Uruguay (2,4%), México (2,2%), Chile (2,1%), Argentina (1,6%) y Ecuador (0,4%). “En este grupo, los principales socios comerciales son también en gran parte EE. UU./Europa y no China (Colombia, México, Perú), lo que genera una demanda más estable. Además, la importancia de las exportaciones agrícolas es en estos países mayor que la de los minerales y el petróleo (Paraguay, Argentina). Chile apuesta por una mayor diversificación y Uruguay se beneficia del bajo precio de las importaciones de petróleo y está orientado más hacia los servicios, lo que disminuye su dependencia de los mercados de materias brutas y agrícolas. Chile, México y Perú se benefician además de sus políticas comerciales liberales”, explica Rotte.

Una docena de países del Pacífico (de América Latina, Chile, México y Perú) acaban de firmar un acuerdo de comercio. Los nuevos socios representan el 40% de la economía mundial. ¿Dará el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) aún mayores impulsos a esos tres países, que ya están relativamente bien? “Seguramente que si, los beneficios del comercio tardarán en verse, pero es posible que esos países mejoren a corto plazo su capacidad de atraer inversión extranjera directa, especialmente ahora que cuantiosos capitales están saliendo de los emergentes en busca de destinos más rentables”, dice Garzón. Rotte, por su parte, agrega: “Efectivamente, el TPP puede proporcionar nuevos impulsos de crecimiento. Como los países participantes tienen estructuras económicas diferentes, estos pueden ser importantes. Habrá costos de adaptación, que deberán ser amortiguados socialmente, pero, en vista de sólidas políticas económicas y presupuestarias, ello será posible”.